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Al llegar todos a la cabaña el rubio fue directamente a la habitación que estaba compartiendo con el de ojos verdosos con un amargo sabor en su boca por la noticia de que su media hermana menor es pareja de su amigo de toda la vida. Sobretodo por la gran diferencia de edad qué hay entre aquellos dos.

Todos los presentes simplemente fueron a descansar ya que la tensión que había al llegar era un tanto incómoda, la peli blanca fue directo donde se encontraba su hermano ya que quería hablar con el.

La puerta estaba entre abierta así que me asomé para luego tocar aquella antes de entrar.

-Permiso...-musito la menor mientras cerraba la puerta para más privacidad.

Estaba sentado en una orilla de la cama mientras sus manos estaban en su cabeza y escondida en sus piernas, al sentir el llamado de su hermana elevó lentamente su vista.

-Se que no te encuentras bien, tú sabes que puedes hablar conmigo Gust...- mencionó la peli blanca mientras se acomodaba a un lado de su hermano y acariciaba su espalda.

-Aun no lo puedo comprender como sucedió todo, Amelia, no quiero que sufra, no quiero que sufra por amor, es muy pequeña para mi aun y que esté con Tom alguien mucho mayor que ella me preocupa....- respondió el mencionado mientras jugaba con sus manos.- no quiero que se vuelva a repetir esta historia...- añadió.

A sus últimas palabras elevé mis cejas mientras abría mis ojos.

-Como antes...- repitió la menor mientras en su mente venían todos esos deja vu y flashback que tuvo que pasar, todos esos amargos y malos momentos por los que sufrió por amor...

-Quiero protegerla, como lo hago contigo, no quiero que sea lastimada, no quiero no poder protegerla...como no pude hacerlo contigo...-

Mi vista lentamente se iba poniendo borrosa a causa de las lágrimas que estaban a punto de apoderarse de mi, al conectar miradas con Gustav sus ojos estaban levemente cristalizados, tomé de él acercándolo a mi para conectar en un abrazo, sus brazos y cuerpo se aferró al mío mientras sentía como su rostro lo escondía en mi cuello.

-Gust por favor n- no.. digas eso...- mi voz lentamente se iba entrecortando por los sollozos, me duele demasiado pensar en todo lo que sufrió Gustav por mi ausencia.- tú siempre me has protegido, por favor no te culpes por errores míos...- añadí.

Este abrazo reflejaba todo el amor de hermanos que tenemos, esa conexión, esa chispa que se crea cuando estamos juntos y sentimos la presencia del otro.

El fallecimiento de nuestro padre, cuando por esta razón enferme, estuve grave, tuve lesiones, casi no haber sobrevivido, mejorar, salir adelante cueste lo que cueste, mi separación con Bill, haber sufrido por esto, el apoyo emocional que Gustav me entregaba, reconciliación, pensar que todo había mejorado y viene aquel viaje...aquel viaje que cambió toda nuestra vida.

Lo inmadura que fui al fingir mi muerte, por miedo, por no luchar, por no poner todo mi esfuerzo, desaparecí siete años completos, sin dar ninguna señal, perderme momento tan especiales y únicos, pero mi corazón estaba cansado, mi alma estaba cansada, mi corazón quería luchar, pero simplemente la mente fue más fuerte que el corazón tapándole sus ojos.

Pero esto cambió, gracias a ese día, ese día que mis ojos, mi cuerpo, mi corazón, mi alma se reencontró con la de mi amado, con la de mi único amor...

La vida mejoró, volvió con su brillo, ese que tanto amo, estando con las personas con cuales amo tanto, demasiado.

Los presentes elevaron sus rostro para luego limpiar esas pequeñas lágrimas que habían salido de sus ojos a causa de las emociones de este momento y todos los recuerdos y deja vu que pasaron por sus mentes.

𝑨𝒔 𝑩𝒆𝒇𝒐𝒓𝒆...; Bill KaulitzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora