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La luminosidad de la luna entraba por el gran ventanal que había en el departamento de la menor, los dos presentes secaban con cuidado sus cuerpos recientemente bañados por la lluvia.

-Mi amor...-mencionó la menor mientras dejaba la toalla cual estaba secando su cabello para observar a su amado quien abrió sus ojos levemente al sentir el llamado y en cómo lo había nombrado.

Me acerqué lentamente hacia Bill que en todo momento en sus labios tenía formada una sonrisa sincera, tomé de su rostro con delicadeza acariciando este, sus manos cálidas se posicionaron en mi cintura encajando a la perfección mientras la luz de la luna nos iluminaba.

Juntamos nuestras frentes mientras las respiraciones de los dos chocaban entre sí, la calidez que sentía en mi corazón al poder estar con ella, mi amor, mi vida, mi amada, mi único amor, era Perfecto. No puedo lograr explicar todo los sentimientos que me hace sentir ella, simplemente únicos.

De pronto sentimos como la puerta del departamento era abierta llamando nuestra atención.

Los presentes se asomaron y era la joven quien tenía una sonrisa pequeña formada en sus labios mientras en una de sus manos bajaba el paraguas, al ver a los mayores empapados y con sus ojos rojos a causa del llanto ladeó su cabeza.

-Oh...-musito- por que están...- no logro terminar de decir sus palabras cuando vio como un gran destello iluminaba la mano de su hermana logrando verse un anillo en su dedo anular brillante y que destacaba por la luz proveniente del ventanal.

La joven se llevó sus manos a sus labios para luego los presentes crear una sonrisa de ternura al verla de esa manera.

-No puede ser...- me acerque rápidamente donde Lhyan para luego abrazarla fuertemente escondiendo mi rostro en su cuello.- por fin...-murmure.

Cerré mis ojos al sentir el abrazo de Amelia correspondiendo al instante, separamos nuestros cuerpos para luego ella tomar con sus dos manos mi rostro.

-Que felicidad...de..de verdad...-mencionó la joven con dificultad, independiente de que ella solamente sea su hermana menor las emociones que sentía al saber que ella se iba a comprometer con ese amor que tanto hablaba.

Ese amor que la hizo sufrir tanto, cuando ella la escuchaba y la veía llorar a mares, llorando en sus brazos cuando solamente era una niña pequeña, ese gran dolor que sufrió al ver su admiración tan devastada, y de igual manera logró salir adelante pero ella no era del todo feliz, pero ahora eso cambió, y el notorio cambio que ella logró ver fue maravilloso con él tal punto de llorar de emoción al saber que la vida de su querida hermana quien a visto como una madre mejoró por completo haciéndola tan feliz también era único.

El mayor observaba el momento con ternura, el amor de hermanas que ellas tenían lo hacía recordar al amor que también existe de él y Tom, ese amor de hermanos tan hermosa.

Giré mi cabeza para ver a Bill y le extendí uno de mis brazos.

-Ven...- dije para que se uniera al abrazo, él sonrió cálidamente para luego acercarse a nosotras y rodearnos con sus brazos.

Cerré mis ojos al sentirme tan segura con ellos, los quiero de verdad que demasiado, Lhyan para mi es como una madre, y Bill, se podría decir que como un padre, siempre está atento a mi y a Lhyan, su amada como él siempre dice. Desde que lo conocí en persona siempre fue demasiado amable conmigo y sobretodo su preocupación hacia, ademas que hace feliz a Lhyan, y el amor que refleja el cada vez que está con ella, la forma en la que la mira ese amor que trasmite es demasiado bonito.

Luego de estar un buen tiempo de esta manera y mucho más calmados comenzamos a hablar de cuando los mudaríamos a nuestra casa.
Amelia mantenía una sonrisa en todo momento mientras observaba el anillo que Bill me había dado.

𝑨𝒔 𝑩𝒆𝒇𝒐𝒓𝒆...; Bill KaulitzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora