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Un año y medio después...

Iba de camino al supermercado a comprar algunas cosas que mi amada me había encargado ya que últimamente había estado con muchos antojos así que como siempre lo haré le cumpliré todas sus peticiones.

El aire fresco chocaba con mi rostro mientras que una de mis manos estaba posicionada en el volante y la otra en mi pierna. Mi cabello hace poco recortado por culpa del aire que entraba por la ventana despeinaba aquello pero no estorbaba mi vista.

Al llegar me baje del auto para luego dirigirme directamente al pasillo de los dulces, agarre todo lo que a ella le gusta y tomando algunas cosas de más para consentirla como me gusta y se lo merece.

Posicione todo en la bolsa para ir a las cajas, pagar e irme, solamente había una caja vacía así que me dirigí a aquella.

-¡Oh!- musito la rubia- Bastantes cosas lleva...-comentó aquella.

Elevé mi rostro y fruncí levemente el ceño para luego asentir con mi cabeza despacio.

-Si- conteste seco ya que no me interesaba tener una conversación con la cajera, solamente quería pagar e irme para estar con mi esposa.

-Yo a ti te conozco de alguna parte...-hablo aquella mientras ladeaba su cabeza y miraba con detalle el rostro del chico.

-No creo.- contestó nuevamente cortante.

-Claro que si...-esta se acomodó en su asiento al igual que acomodaba su cabello y limpiaba con la yema de su pulgar el costado de sus labios- Tú eres Bill, sigues igual de apuesto que siempre...-hablo con un tono coqueto en su voz la mujer.

-Podrías por favor apurarte que no tengo tiempo para hablar contigo, mi esposa me esta esperando.- su mirada se convirtió sería en cuanto más se demoraba la cajera pero rápidamente ella comenzó a registrar los productos.

Pague rápido y sin decir adiós me dirigí a la salida, me había parecido demasiado entupido lo qué pasó hace un rato, ¿como se le ocurre coquetearme?, que inmadura, sabiendo que estoy comprometido y amo mas que a nadie a mi esposa es capaz de hacer eso, que estupidez.

De pronto cuando estaba guardando la mercadería o bueno, dulces, en la cajuela suena mi teléfono y me sorprendí al ver el nombre de mi amada así que conteste rápidamente el teléfono.

-Amor...-suspiró en un sollozo la menor.

-¡Mi vida!, ¿está todo bien? ¿Que sucede?- habló rápido el mayor preocupado.

-Tranquilo...Solamente es que no me siento muy bien y si podrías traerme unas pastillas para las náuseas por favor...-con dificultad hablo aquella ya que hace muy poco estuvo en el baño vomitando y llorando a causa de este.

-Esta bien yo te llevaré las píldoras pero luego de esto iremos al doctor-

-No es nada grave, solamente náuseas, tranquilo mi amor- su voz se tranquilizó mucho más ya no estando tenso el mayor.

-Por favor cualquier cosa me avisas, te amo preciosa nos vemos, no demoro-

Al cortar el teléfono suspire preocupado ya que hace unos días Lhyan había estado con nauseas y no a querido ir al doctor, cerré nuevamente el auto para dirigirme a la farmacia que estaba dentro del supermercado.

Traté de hacerlo lo más rápido posible ya que quería estar con mi amada, me preocupaba su estado y la quería cuidar, como lo e estado haciendo siempre.

Un aroma conocido percibo detrás de mi pero sin darle más importancia pague hasta que siento como unos brazos delgados rodearon mi torso. Me di la vuelta para al instante toparme con Natalie...

𝑨𝒔 𝑩𝒆𝒇𝒐𝒓𝒆...; Bill KaulitzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora