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—Parece que lo estás haciendo bastante bien.

YoonGi se giró en dirección a aquella voz, encontrándose con su hermano mayor.

—Ah, Hyung, ¿Qué haces aquí?,creí que llevarías a tu esposa a comprar las provisiones de la semana. —Dijo mientras se sacudía las palmas de sus manos para después abrazar a su hermano.

—Ella dice que le estresa mi presencia. —Respondió, correspondiendo al abrazo —. Además, Jungkook me dijo que necesitabas un par de cosas para la floreria, así que decidí venir aquí y traerlas.

YoonGi miró las bolsas con materiales que cargaba en cada mano y sonrió, para luego elevar la mirada, y verlo con escepticismo.

—¿Estás seguro de que no se trata de una excusa para venir a ver a Jungkook?

Geumjae se rio, negó con la cabeza, y dedicándole una sonrisa ladina, el respondió:

—Bien. Puede que no estés del todo equivocado, pero no puedes culparme por ello. Jungkook es demasiado adorable y bueno para este mundo.

YoonGi sonrió con orgullo, mientras observaba a Jungkook a la distancia quitando las espinas de las rosas para posteriormente colocarlas en un jarrón con agua.

—Pero tu no tienes hermanos favoritos. —Habló YoonGi con sarcasmo.

—Ay por favor, Yoon. Tu sabes que el único que tiene favoritismo por Jungkook eres tu.

—Claro que no.

—¿Por qué sigues negandolo?, no soy quien para juzgarte, y lo sabes, pero incluso el mismo Hyujin lo dice. Eres demasiado malditamente indulgente con el. Le toleras absolutamente todo, nunca lo regañas, ni cuando era niño, tampoco le pegaste o alzaste la voz alguna vez. El hacia contigo lo que quería, y lo sigue haciendo incluso ahora.

—Eso no es verdad.

—¿No?, se supone que ese niño debería estar en la escuela justo ahora. Entonces, ¿cuál es la excusa?

Jungkook se acercó a ambos, abrazó a YoonGi por detrás y colocando la cabeza sobre su hombro, habló hacia su hermano mayor.

—Hola, Hyung, ¿qué hace por aquí?

El lugar se lleno de un tenso y muy incómodo silencio antes de que Geumjae le dedicará una amplia sonrisa al menor y sacudiera su cabeza.

—Eres tan grande ya. Vine a dejar unos materiales.

—Oh, ya veo.

—Si, ¿y tu qué haces aquí?, Hyujin esta en la escuela justo ahora, ¿no deberías estar estudiando tu también en lugar de perder el tiempo en la florería de tu hermano mayor?

—Geumjae. —Advirtió YoonGi, desprendiendo cierto aroma hostil.

—Tranquilo, Hyung. Como le dije a YoonGi Hyung, esta semana no tengo las primeras clases, pero ya estoy por irme.

—Te llevo entonces. —Tengo que ir a echarle un vistazo a los niños.

—Ah, mis sobrinos. —Dijo Jungkook con una sonrisa.

—¿Entonces vienes? —Preguntó Geumjae ya distraídamente, viendo su teléfono.

YoonGi se apartó de Jungkook y se cruzó de brazos, aun en silencio.

—Supongo que si. —Miró a YoonGi —. ¿Está realmente bien si me voy ahora, Hyung?

—Claro que si. —Le respondió YoonGi con una sonrisa —. Me quedo más tranquilo sabiendo que Hyung te llevara.

—Bien. —Jungkook hizo un puchero —. Lo veo más tarde entonces. De hecho, abrieron una pastelería nueva cerca de la escuela, así que le llevaré un pastel de chocolate, ¿qué le parece la idea?, se que son sus favoritos.

—Aish, mocoso, ¿qué hay de tus otros dos hermanos? —Dijo Geumjae, fingiendo una expresión herida en el rostro —. Pareciera que solo existe YoonGi para ti, y nosotros somos simples extraños.

—Hyung, usted está casado, y no vive más con nosotros, así que no estará en casa para llevarle uno. Y Hyujin puede comprarse pasteles solo.

—No necesitas traerme nada, Kook. —Habló YoonGi acariciando su hombro.

—Pero quiero hacerlo.

—Esta bien. Lo que sea que quieras.

Jungkook asintió con una sonrisa. Geumjae negó con la cabeza, antes de dedicarle a YoonGi una mirada desaprobatoria.

—¿Nos vamos? —Preguntó Geumjae.

—Oh, claro. Vamos. Hasta pronto, Hyung.

—Adiós. —Respondió YoonGi, viendo como ambos se dirigían hacia el vehículo.

Una vez el auto arrancó, YoonGi dejó salir un fuerte suspiró y peinó su cabello hacia atrás.

«Trabajo, de vuelta al trabajo». Se dijo a si mismo, obligándose a dejar de pensar en cosas del pasado.

Volvió al mostrador y comenzó a limpiar el cristal de nuevo, acomodando un par de flores sobre un bonito jarrón de cerámica y colocándolo encima de éste.

—Buenas tardes.

«Bien, un cliente».

—Hola, buen día, ¿En qué le puedo ayud...

YoonGi alzó la mirada. El sonido de la cerámica rompiéndose siendo lo único que se escuchaba en el lugar. Ni siquiera recordaba respirar, mientras su cuerpo se negaba a responder.

—¿Qué haces aquí?

La verdad saldrá a la luz ||TaegiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora