Capítulo nueve.

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Piercings for my nipples.

Scarlett.

En la mañana me desperté con ganas de hacer algo que llevo días pensándolo y finalmente hoy pude sacar tiempo luego de asistir a mis clases.

Es por eso que apenas me desperté concreté cita con Caín. Él es tatuador y perforador, él es quien me ha hecho mis dos tatuajes y el piercing en mi lengua y él es quién me colocará piercings en los pezones.

Hace un tiempo, en la adolescencia, tuve éstos piercings pero me los quité porque se me hacían muy tediosos tanto cómo bonitos. Pero ahora, considerándome sumamente responsable decidí hacérmelos.

Llego al local de la hermana de Caín en donde parqueo la moto y reviso mi celular donde veo que él me avisa que está esperándome y ansioso. Él aún no sabe en qué parte serán, solo le dije que tenía ganas de nuevos piercings.

Me vestí con una blusa de esqueleto blanca, de algodón suave y muy poco ajustada al cuerpo bajo una chaqueta corta de cuero negra con unos jeans tiro alto y unas botas negras.

Me adentro al estudio de tatuajes, emblesándome por tercera vez con su oscura decoración. Mesas, sillones, lámparas, paredes, todo eso es en color negro. El lugar solo tiene tres colores; blanco, negro y rojo.

Sigo caminando hasta entrar a una habitación donde habituálmente he estado para encontrarme al rubio sentado en un sillón con una pierna cruzada sobre la otra, en su mano derecha revisa su celular y tiene un cigarro en su mano izquierda, donde bajo ella tiene un pequeño platito en función de cenicero. Va vestido todo de negro, cómo siempre.

Camisilla, jeans y zapatos negros.

Apenas me nota suelta el celular y se alza en sus 1.79 caminando hacia mí, haciéndome sentir pequeña aún teniendo solo ocho centímetros menos que él.

Cuando está frente a mí, toma mi mandíbula y alza mi cabeza, atrayéndome hacia él para besarme. El beso es largo y placentero, me saluda sin llevarlo a más.

- Te ves preciosa y me tienes ansioso de pensar qué te harás, nena- Me arregla el cabello separándose de mí cómo si le costara hacerlo. - ¿Qué pasa por esa cabecita tuya?

Sonrío.

- Bueno, llevo rato queriéndomelos hacer. - Dejo las llaves de la motocicleta y el celular en una repisa al lado de la puerta sin dejar de sonreírle un poco. - Quiero piercings en los pezones.

Su cuerpo entra en una notoria pero mínima tensión.

- Joder, Scarlett. Piensas volverme loco. - Le doy un corto beso para pasar por su lado y postrarme sobre la silla de tatuajes detrás de él.

- ¿Es posible más locura dentro de tu cuerpo?

Entrecierra los ojos volteándose a mí.

- Ja, qué graciosa. - Se ríe un poco. - Está bien, hagámoslo, nena.

Sonrío en grande.

- Sí, hagámoslo.

Procede a hacerme señas para que me quite la blusa y chaqueta.

- Bien, Scarlett. Antes de nada quiero recordarte que éstas perforaciones son muy delicadas y de mucho cuidado. ¿Comprendes?

- Que sí, pesado. Investigué todo antes de venir, ¿con quién crees que hablas? - Enarco una ceja quitándome la chaqueta sin mirarlo.

- Sí, pero igual es importante que sepas que... - Se interrumpe cuando me paso la blusa por la cabeza, dejando caer libres mis senos.

La parte que más me gusta de mi cuerpo, luego de mi cabello son mis senos. No son de un gran tamaño, pero tampoco de uno pequeño, son firmes y rellenas a su no muy ligero peso. Quiero éste piercing ya que sé que se me verían preciosos en mis rosados botones. Mis medidas corporales son 76 en busto, 55 en cintura y 91 en mis caderas. Herencia de mi madre.

Scarlett's Desire [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora