Capítulo veinte.

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Maratón [1/3].

Lost medal.

Scarlett.

No hubo descanso en toda la madrugada, no hemos parado desde que llegamos a la habitación sin contar los pocos descansos para charlar un poco intervalados por secciones de sexo, cómo ahora que me tiene de espaldas bendiciéndome con la potente erección que me atraviesa el canal y me hace jadear llena de gusto.

Agarro con fuerza el espaldar de la cama cuando él rueda mi cabeza hacia atrás para besarme, curvando mi cuello en un ángulo doloroso que estoy segura luego me dolerá. Tengo su cuerpo sobre el mío mientras estoy de espaldas a él y recibo las embestidas que me ponen a gemir en su boca, tratando de seguirle el ritmo asfixiante debido a la postura de mi cuello.

Aprieta mi cuello despegándose de mí para sentarse y seguir embistiéndome en esa posición mientras levanto mi culo hacia él para recibirlas con más brío.

Lo empujo hacia atrás para que se siente ocasionando que su pene de salga de mi interior y luego aprovecho para sentarme sobre él y volver a penetrarme, tomando el control de la follada mientras él se limita entre sostener mi cintura, magrear mis pechos y apretar mi cuello.

Subo y bajo sobre su polla, cubriendo toda su extensión con fuerza en las piernas mientras corta mi suministro del aire y gimo desesperada, luchando con la falta del aire y la potente vara que me entierro cada vez más rápido y duro.

Alza su pelvis follándome igual, hasta que me tenso cuando su penetración me ennegrece la vista y jadeo por aire cuando mi orgasmo explota y arqueo la espalda apretando su miembro con mis paredes y las piernas temblándome placenteramente.

-Eso es -sisea bajo antes de posar la mani en mi espalda e inclinarme hacia la cama con mi culo alzado para penetrarme unas cuantas veces más y luego sacar su verga de mí, derramándose en mis glúteos y parte de la falda para luego acercarse a mi oído y susurrar: -Siempre deliciosa.

Siento su líquido caliente deslizarse por la longitud de mis glúteos y me quedo allí, sin moverme, tratando de recuperar el aliento.

Lo siento moverse hasta la cabecera de la cama y posar su espalda ahí, sentándose. Pasados los segundos siento el sonido de un encendedor y posterior a eso, el inigualable olor del cigarro Davidoff, el cual tiene ligeras notas de cacao. «Delicioso».

Retengo las ganas de pedirle uno considerando el largo tiempo que llevamos juntos, tiempo que debe acabar pronto, y es por eso que no espero terminarme de reposar cuando ya me estoy levantando de la cama con pesadez, sintiéndome sucia y llena de fluídos, que si bien en su momento fueron placenteros ahora me parecen de lo más estorboso y deseo quitármelos cuanto antes.

Camino directo al baño sintiendo la mirada de Azael pegada a mi espalda y la ignoro enfocándome en lo mío. Me aseo con rapidez extrañando mis productos y deseando llegar a casa rápido.

Cuando salgo del baño con la falda en la mano noto que Azael ahora está tecleando furiosamente en su celular con la mano libre del cigarro, dándole caladas mientras escribe. Ruedo los ojos y procuro alistarme rápido, colocando todo en su sitio.

Una vez lista para irme, camino hacia él y apoyo una rodilla en la cama quitándole el electrónico de las manos y tirándolo en la cama para que se enfoque en mí. Me mira expectante antes de inclinarme hacia él y tomarlo de la mandíbula para besarle los labios lentamente, dándole un pequeño mordisco antes de separarme y susurrarle sobre los labios.

-Espero ver mañana varios euros en mi cuenta de banco, quien los rompe los paga -le guiño el ojo y me retiro de él dejándolo atrás cuando cojo mi bolsa y camino a la puerta hablándole desde mi sitio-. Si lograste conseguir mi número telefónico, podrás conseguir mi cuenta, adiós.

Scarlett's Desire [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora