Capítulo diecinueve.

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Fetish man.

Scarlett.

Se podría decir que estoy un poco sorprendida de la habilidad conversatoria de Azael, llevamos mucho tiempo sentados en ésta mesa hablando de todo y de nada en absoluto, cómo ahora, está contándome sobre su nacionalidad y demás.

-Tenía 15 años cuando mis padres se hartaron de mi hermana, Briar, y de mí y nos decidieron mandar a un internado en Los Angeles -Comunica con calma-, solo con la supervisión de las gemelas Lockwood.

-¿Y esas quienes son? -Cuestiono mientras pasa su tarjeta de crédito por el datáfono.

-Hermanas de mi padre.

-Interesante, mamá es gemela tambien -Me mira con atención y decido que ya es hora de irnos-. Creo que ya deberíamos irnos -musito levantándome de la mesa antes de sorber mi bebida de un trago.

Cuando estamos fuera del restaurante me tiende la mano mirando al frente.

-Las llaves -demanda y yo ruedo los ojos en respuesta.

-¿Si te las doy luego cómo me voy a casa, genio? -Camino hasta mi moto apoyándome en ella.

-¿Quién habló de irte a casa? -Se cruza de brazos mirándome cuando veo autos negros llegando a nosotros- Ven.

Se acerca a mí, teniéndome la mano y yo se la recibo con extrañeza cuando varios hombres emergen de los autos y nos saludan con seriedad. Noto que le han traído el Lamborghini que le ví anteriormente.

-Dijiste que nadie más que tú maneja tu moto así que Tyson la llevará en el auto a tu complejo y tú irás conmigo -anuncia a todos y yo lo miro mal.

-¿Quién dijo que quería ir contigo a otro lado? -me cruzo de brazos y lo fulmino con mi mirada.

-Yo.

-Pídemelo -Demando.

-No lo haré -me hace caminar con él hasta estar frente a su auto y me abre la puerta instándome a entrar al lado del copiloto y yo me resisto, posándome firme.

-Pídelo, Azael.

Bufa con fastidio antes de rodar los ojos y mirarme con molestia.

-Scarlett... -se acerca mucho a mí, bajando su cabeza hasta mi oído para hablarme suave- ¿Puedes por favor subir al puto auto para que podamos largarnos a mi casa para luego darte cómo estoy deseando justo ahora y escuchar tus exquisitos gemidos mientras te follo durante toda la noche?

«Me convenció, ok».

Sonrío con superioridad y le palmo una mejilla.

-Claro que sí, cariño -musito con sorna mientras me adentro al auto.

Cuando entro al auto me recibe una deliciosa fragancia con notas de iris, cuero y cacao «Es la Dior homme intense».

Me empapo del olor y lo aspiro pasándome el cinturón de seguridad cuando él entra luego de dictarles órdenes a esos hombres y me embriago aún más con el olor, él ha intensificado el aroma.

-¿Qué fragancia usas, Azael? -pregunto cuando está encendiendo el auto, logrando que mire hacia mí con extrañeza.

-La Dior homme intense-frunce el ceño y vuelve su cara al frente, poniendo en marcha el auto-, ¿por qué?.

«Lo sabía».

-Curiosidad -le digo y poso mi mirada en el camino luego de enviarles mi ubicación a mi equipo de seguridad.

Supuse que esa era la fragancia ya que me intereso mucho por los productos Dior.

Luego de adentrarnos en el tranquilo tráfico de Dublín por más de 30 minutos, comenzamos a alejarnos un poco de la ciudad y me extraño.

Scarlett's Desire [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora