5. Negligencia

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     Angel Dust se mudó al hotel. Todos lo conocían por haber sido un famoso actor en el cine para adultos, hasta que luego de un incidente con los exterminadores, su garganta sufrió un daño irreparable y perdió para siempre la voz.
     La noticia voló por los aires. Todos querían una foto del gran actor lesionado, palabras de su manager, Valentino. Tenían tantas preguntas y tan pocas respuestas que terminaron invadiendo su privacidad.

     A Alastor no le agradaba. Lo miraba con desdén. Tan asqueroso y vil, y aún así, tan débil y merecedor de lástima.
     Angel Dust no podía hablar. Por lo general sonreía ante cualquier comentario, y siempre llevaba una libreta en manos que utilizaba para escribir.

     Una vez le dejó una nota a Alastor. Decía: "¿por qué no te agrado?".
     La botó a la basura. No tenía tiempo para esas tonterías.

     Charlie le prestaba mucha atención a Angel Dust. Era dedicado, buen mozo y trabajador. No le gustaba que nadie se quedara excluido en las noches de juegos, ni tampoco sin un plato de comida.
     Parecía que quería redimirse.

     Alastor decía que eso significaba ser patético. Un imbécil.
     En una ocasión le arrebató la libreta y le escribió en una caligrafía bastante confusa: "es porque tratas de dar lástima".

     Lástima. La palabra rebotó dentro de Angel Dust por días. Si ese terrible hombre le había dicho eso, significaba que tenía razón.
     El problema con Angel Dust no era que tratase de dar lástima, sino que era el preferido de todos.
     La maravilla, el actor, aunque de baja categoría. Una buena persona, un estatus tan alto... No podía soportarlo. No lograría alcanzarlo nunca. Estaba por debajo de él. Lo sabía.
     Era lo peor que le podía pasar.

     Angel Dust trataba de tener contacto con él de vez en cuando, pero nada funcionaba. Alastor no tenía tiempo para esas tonterías. Eran una estupidez. ¿Leer basura? ¿Escribirle basura? Si quería acercarse a él, tenía qué hablar.

     Tenía qué hacerlo.

     —Dilo —Lo miró de arriba a abajo, acorralándolo—. Quiero que hables.

     Angel Dust escribía apresurado en la libreta. "No puedo. Me lastimaré".

     —Lastímate entonces.

     El actor negó con la cabeza. Eso era imposible.
     Alastor entrecerró los ojos.
     —¡Habla!

     Angel abrió la boca e inhaló. Solo pudo salir un gorgoteo de su garganta. No había ni una palabra. Ni un sonido que le comunicara algo a Alastor.
     Trató de preguntarle por qué era tan cruel, pero para entonces, cuando logró componer un poco sus débiles cuerdas vocales, Alastor se había ido.

     No lo quería cerca, pero tampoco lejos.
     Se compró una película donde aparecía él. Niffty ayudó un poco. Terminó con una larga grabación con su voz. Risas, palabras, incluso un par de canciones que jamás existieron.
     Pasó la noche en vela escuchándola. Se repetía una vez tras de otra...

     —Vamos, esfuérzate... ¿No puedes decir nada todavía?

     Pidió.

     —Deja de gorgotear y di algo.

     Todas y cada una de ellas...

     —¡Dilo! ¡Di algo!

     Por favor.

     —¡Por amor de Dios, dime que puedo merecerte!

...

Qué me habré fumado. No sé ni qué escribí.

Angstober: RadioDust  [Hazbin Hotel]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora