21| Babydoll

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⚠️ Advertencia de contenido sexual


Shelley

No puedo concentrarme en mi ensayo porque Melissa no deja de verme intentar e intentar. Llevo media hora aquí porque mi presentación es esta noche. Y es importante. Una socia del club, que pertenece a la comunidad, estará de visita y todos queremos sorprenderla, o bueno, más bien, darle una cálida bienvenida. Todo el espectáculo está especialmente preparado para ella. Así que, quiero que me salga perfecto.

No sé si son los nervios los que me están traicionado o es Melissa, quien siento que quiere notar todos mis errores para que se dé cuenta de que ella es mil veces mejor.

Aunque sea mentira.

Me resbalo por séptima vez del tubo y antes de que termine en el piso con el culo adolorido, estiro la pierna y doy una pequeña pirueta para ponerme de pie. Me limpio el sudor de la frente y bajo de la tarima para ir a la zona de bebidas, tomo un vaso de agua y me bebo el líquido.

La mirada de Melissa sigue estando en mí.

— ¿No deberías estar ensayando? —pregunto, después de tragar todo—. ¿Ya hiciste los estiramientos que te dije?

—Más o menos —sonríe mostrando todos los dientes—, estoy aquí para verte ensayar y aprender de ti. Eres la mejor bailarina.

—Gracias —no suena sincera en lo absoluto. Ni yo.

Se levanta de la silla y se dirige hasta a mí. Ella toma un poco de vodka del estante y se sirve. La veo con una ceja alzada. Se encoge de hombros y me señala la silla que está frente a mí. Es obvio que quiere charlar, así que asiento.

—Creo que empezamos mal.

—No debimos haber empezado.

—No, escúchame —niega con la cabeza—. Sí, soy una perra. Pero eso no tiene por qué afectar nuestra relación. Es decir, creo que deberías olvidarte de mi relación con Noah, al final de cuentas, es gracias a eso que estas con él.

»Y ya no me molesta. Yo seguí con mi vida, él también. Ahora síguela tú. Estoy aquí porque necesito el dinero, y porque me encanta bailar. Lo hacía cuando era pequeña pero siempre decían que tenía dos pies izquierdos. Entonces, me rendí. Hasta que ya no más. Quiero intentar de nuevo porque es algo que me gusta. Y te admiro, quiero ser igual de buena que tú. Pero cada que me acerco a ti no dejas de verme como si tuviera rabia o algo por el estilo.

—Eso no es cierto —era cierto.

—Sí que lo es. Y es cansado, porque trabajo aquí, quiero llevarme contigo y con los demás. Pero todos te quieren y al ver que tú nunca me respondes o te me acercas, los demás te imitan.

Me siento un poco culpable. Y siento mucha vergüenza pensar que estoy actuando como una adolescente que mete a sus amigos en sus problemas con otras chicas. Peor aún, ¿estoy peleando por un hombre?

Noah es increíble. Y como todos también fue difícil al principio por cuestiones suyas, pero puedo entenderlo. Y sé que él no me lastimaría por intención propia. Creo que es normal que me afecte que ella le haya hecho daño, porque a diferencia de mí, quiero cuidarlo y hacerlo feliz.

Porque él me hace feliz a mí.

Por otro lado, siento que está bien pasar página. Yo soy la persona con la que está ahora, y al parecer, Melissa no tiene intenciones de meterse en mi relación. Si no, ya lo habría buscado ¿cierto? Tampoco luce como si lo siguiera queriendo.

El último baile ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora