Capítulo 4: Interrogatorio

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Bruce Wayne nunca se consideró alguien realmente bueno. Desearía con todas sus fuerzas tener la capacidad para dar esperanza a las personas, pero él sabe que el camino por el que transita es un camino de oscuridad, un camino de miedo labrado por sus pesadillas.

Eso no le impidió intentar hacer un cambio. Comenzó con criminales comunes, salvando a los inocentes de esta ciudad en guerra, pero todo cambió cuando llegaron los llamados villanos.

Casi todos eran dementes de Arkham, pero hubo uno que escapó de esta regla, Oswald Cobblepot, el Pingüino.

El hombre no era mejor que personas como Black Mask o Poison Ivy, pero por lo menos no se metía directamente con la ciudad.

Pero eso cambió cuando se enteró que había encargado a alguien asesinar a Black Mask, su más grande competidor.

Fue incluso más impactante cuando la persona contratada era el mismo extraño que había detectado hace poco menos de dos meses.

Al ver su rostro identificó que muy probablemente tendría no más de dieciocho. Era peligroso tener a alguien de esa edad sin control o conocimiento de sus capacidades.

Desafortunadamente su intento de persuasión se vio interrumpido por Robin.

Tristemente no fue suficiente como para evitar que el chico asesinara a Roman Sionis, él ya podía ver el brillo del asesinato en sus ojos.

Pero no había nada. No había absolutamente nada. No había sed de sangre, no había deleite, tristeza, ni siquiera indiferencia.

Ese chico no asesinaba por un motivo específico, solamente lo hacía porque no veía problema en eso.

Esto le hizo preguntarse, ¿Ese chico conocía el valor de una vida? ¿Podía él cambiarlo?

Él no permitiría que Gotham ganara un nuevo asesino.

Sin embargo, nunca esperó que el muchacho retrajera esos raros insectos hacía su cuerpo y se desmayara en el suelo.

¿Tal vez rebasó sus límites? ¿O fue un factor externo?

Sabía que no podía obtener respuestas solo, necesitaba a una de sus compañeras de la liga.

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Mientras el caballero de la noche se encontraba encargándose del cuerpo del ser sin nombre, el mismo ser pálido se encontraba por primera vez en aquello que solo podría describirse como el infierno.

Luego de quedar noqueado por sus sobrecargas, despertó en la azotea de un edificio de arquitectura gótica. Casi al instante reconoció el lugar en el que se encontraba, la torre de Wayne Enterprises, él estaba en Gotham.

Solo que esta no era la Gotham que conocía, debido a que a donde cu mirada cayera, solo encontraba mares de fuego, destrucción y ruinas. Al alzar la cabeza al cielo vio como miles de estrellas parpadeaban como supernovas en la distancia, bañando el cielo con luz y radiación cósmica.

Desafortunadamente no pudo seguir analizando el paisaje al escuchar una voz conocida.

- Veo que por fin has llegado.

Ante él se encontraba Roman Sionis, Black Mask, pero ahora no poseía su atuendo o máscara de villano, sino que estaba vestido por diferentes manchas de colores oscuros.

Cada vez que se concentraba en una mancha, una palabra le llegaba a su mente.

Asesinato.

Codicia.

Envidia.

Roman sionis estaba vestido con los pecados que había cometido en vida, ahora marcando su cuerpo.

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