Alma hueca

Capítulo 29: Ayuda 2

¿Saben sobre el choque cultural? Pues algo parecido le estaba pasando a Diana al momento de llegar a Themyscira. Esperaba que la situación no hubiera cambiado mucho, tal vez alguna remodelación en los establos.

Pensó que lo único diferente sería la pista de aterrizaje, vaya que estaba equivocada. Las amazonas no eran ménades, teniendo en cuenta que se habían desapegado de su comportamiento misándrico. Lo que la impactó fue ver cómo Grayson salía del jet mientras comenzaba a saludar a todo mundo.

Fue aún más impactante fue ver a varias de sus hermanas salir de repente para saludar y abrazar al Gothamita. Parecía que se conocían bastante, teniendo en cuenta la confianza y relajación con la cual se hablaban.

Rápidamente las mujeres se dieron cuenta de la presencia de la princesa, por lo que se convirtió al instante en el centro de atención. Habían pasado cuatro años sin saber de su miembro más importante, estaban ansiosas por tenerla devuelta.

En el viaje al palacio la heroína notó más cambios. Los caminos parecían haber sido mejorados, manteniendo un estilo entre lo moderno y lo tradicional. Los diferentes templos parecían estar renovados, incluyendo los establos, manantiales e incluso las barracas de entrenamiento.

Todo estaba ahí, pero era tan diferente... Generaba un estado de pesadez en el corazón de Diana, incluso su hogar había cambiado.

Al poco tiempo habían llegado al palacio, lugar en el cual vio a su madre, sentada con un porte propio de una reina, manteniendo esa aura de sabiduría y orgullo que siempre la acompañaba.

- Bienvenida a casa hija mía, Grayson me notificó de tu despertar.

Era algo obvio, no podía aparecer sin más.

- Me alegra estar devuelta madre. Por el momento me voy a quedar en Themyscira. - respondió mientras se posaba frente a la reina.

La regente simplemente sonrió con la mirada, posando su vista en el líder de la Organización, el cual se encontraba unos pasos más atrás de su hija, rodeado de varias amazonas en busca de chismes e información.

- Grayson, agradecería si nos dejaras a mi hija y a mi tener una charla en privado.

El ser pálido asintió.

- Por supuesto. Oigan chicas, no imaginan lo que pasó con esa bruja. - mencionó a las amazonas mientras se alejaba del palacio real.

Al final madre e hija fueron las que quedaron en el palacio, siendo la primera en levantarse y caminar hacia las zonas superiores del palacio.

Mientras se formaba un silencio entre las dos mujeres, en el corazón de Diana surgieron dudas.

- Veo que estás inquieta - mencionó Hipólita sin bajar el ritmo - Nunca te había visto tan afectada, ni siquiera después de volver del mundo de los hombres.

La semi-diosa pareció dudar antes de responder a su madre.

- Estoy perdida... Y no sé que hacer. Han pasado cuatro años desde que desaparecí, he despertado en un mundo del cual no me siento parte. Pensé que viniendo a Themyscira encontraría familiaridad y la calma que busco, pero incluso mi hogar ha cambiado.

La reina pareció meditar las palabras de su hija. Continuó caminando a lo largo de los pasillos y escaleras en silencio, por lo menos hasta que llegó a lo que parecía ser un balcón con vista a la mayor parte de la isla.

En el balcón había una banca de parque en la que las dos griegas se sentaron.

- Es algo complicado por lo que estás pasando. - comenzó la regente - En épocas anteriores hubiera insistido en que entrenaras, hicieras algunas plegarias a Hestia y descansaras con tus hermanas, pero este mundo, como tu dijiste, ha cambiado, incluyéndome. Has perdido el rumbo de tu vida. Siempre supiste lo que debías ser, primero reina, luego campeona de los dioses al derrotar a Ares, después una heroína del mundo del hombre, pero ahora lo has perdido. No te puedo dar un nuevo camino, es tu responsabilidad, aunque te daré un consejo: debes pensar fuera de la caja.