1. Autobús.

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Edgar no siempre tomaba el autobús a esa hora, incluso, ese día, era sábado, había trabajado demasiado toda la semana, e incluso ese sábado, su jefe había pedido a todos un día antes que fueran ese fin de semana, el sueño lo vencía, era tan fuerte que incluso podía sentir como caía poco a poco en los brazos de Morfeo, pero necesitaba el dinero, sino fuera porque sus metas eran mas grandes que el sueño que sentía en ese momento... debía conseguir lo suficiente para seguir pagando la universidad, como fuera, y por las razones que fueran, debía estar allí ese sábado, y había sido un día demasiado largo y agotador, pero al fin eran las 3 de la tarde e iba a bordo del autobús, pero, como diría su hermana, ¿A qué costo?, no paraba de cabecear, estaba al borde, solo un poco mas y de verdad Morfeo lo tendría en sus brazos.

Pero, justo antes de dormir, pudo verlo, conseguía percibir su imagen a través del reflejo de la ventana, era seguramente un poco mas bajo que él, no demasiado, su piel tostada y con un cabello corto, pero que llamaba la atención, era un tono rosa deslavado, lucia ropa como callejera, pero parecía un idol, podría serlo si quisiera, seguro era buen bailarín, Edgar lo notaba, tanto que los ratos que despertaba y se giraba a su lado, iban lado a lado, pero en extremos diferentes, de pronto, una chica se cambio de lugar al lado del chico idol, era bonita, pudo haber sido fatal, de no ser porque ninguno habló con el otro, la chica bajó, y allí iban ambos, sin hablar sin conocerse, solo con Edgar complemente inmerso en el sueño y el otro chico, de pronto, bajó.

Al fin, Edgar no se dio cuenta en que momento, pero al fin logró llegar a su parada, bajó, y con la poca energía que le quedaba entró en su casa y fue como si su cama no parara de llamarlo, pero al fin se durmió y no supo más nada hasta las 8 de la noche.

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