4. El chico del autobús.

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Era julio, las vacaciones de verano habían iniciado, con ello una enorme carga de trabajo para Edgar, habían pasado ya algunos meses desde que Andrea le había dicho que podrían cerrar y todo parecía ir muy bien, así que Edgar comenzó a pensar que tal vez podría dejar de preocuparse, pero, al final de esa jornada laboral, Andrea los cito a todos.

- Buenas tardes a todos... asumo que la gran mayoría, sino es que todos sospechan el motivo de esta junta, bueno, no le daré vueltas al asunto, el día de hoy, fue nuestro último día activos.

No... No... No!

- Lamento mucho esto, pudimos mantenernos un poco más de tiempo, gracias a que febrero y mayo siempre son buenos meses, pero definitivamente, este es el cierre, sé que muchos de ustedes tienen este como único fuente de ingreso, así que en sus curriculum personalmente agregaré cartas de excelencia laboral... les deseo suerte a todos y... gracias por este tiempo.

Edgar solo llevaba allí 2 años, no era como si tuviera historia, sabía que muchos de sus compañeros tenían ya más de 10 años en esa empresa, se sentía mal por todos, en especial por aquellos que como dijo Andrea, tenían esa como única fuente de ingresos, él igual, pero su sueldo se iba directo a la universidad, seguía viviendo con sus padres y ellos no le negaban nada, aunque tampoco eran ricos, les daban a sus 2 hijos (él y su hermana) todo lo que podían en sus posibilidades, lo único que no habían podido y sabía que aún les dolía, sobre todo cuando llegaba en la noche cansado de la escuela y el trabajo y veía en los ojos de su madre el dolor de que su hijo fuera a trabajar, no le dolía la actividad en sí, sino, el motivo, se sentía mal de que el sueño de ser un profesionista no se lo podrían dar.

Edgar aun recordaba ese día, el estaba aun en la preparatoria, había llegado un viernes y su madre estaba en el comedor con una calculadora y demasiadas hojas a su alrededor, se le notaba cansada y frustrada, Edgar llegó y la saludó, pero cuando ella lo vio, lo abrazó fuerte, y comenzó a llorar, en ese momento Edgar no lo entendió, sino hasta la noche, cuando al volver su padre del trabajo le pidió que hablaran y se sentaron los 4 en la sala.

- Hijos, su... su madre y yo, hemos estado haciendo... cuentas y... estamos... Dios... estamos...

- Estamos quebrados?

La hermana de Edgar, Nora, se atrevió a preguntar, ella era 3 años menor que Edgar, pero tenía mucho más carácter y era muy decidida.

- No tan así... pero, si estamos muy mal, financieramente hablando.

- Qué tan mal?

- Para pagar las deudas que tenemos nos tomará al menos 5 años.

- De... deudas?

- Prestamos del banco y negocios fallidos.

- Y...

- Así que algunos gastos se reducirán, ahorraremos en bastantes cosas y... una vez que terminen la secundaria y la preparatoria... no les podremos pagar una carrera universitaria.

Pero ni Edgar o Nora se habían dado por vencidos, poco después de eso, Edgar consiguió entrar al restaurante y Nora ayudaba a su tía a vender ropa de segunda mano, sabía que al entrar al tercer año de preparatoria debía buscar un empleo que le dejara mayor dinero y sacar las mejores calificaciones posibles.

Ahora qué el mundo se le cerraba a Edgar se sentía vacío, no tenía su empleo, y su futuro con la beca era aún un misterio.

- Edgar... estarás bien?

Andrea siempre se preocupaba por él, era como una hermana mayor, ella tenía ya 32 años y Edgar apenas había cumplido 19, era como su protegido, Andrea decía que le recordaba a su hermano menor, que ahora vivía en el extranjero.

- Sí... eso creo.

No estaba del todo convencido, pero no tenía más opcion, tomó sus cosas y se fue, al subir al autobús iba tan distraído que solo vio un asiento vacío y se sentó, no pensaba, o al menos no de lo que pasaba en ese momento exacto, solo daba vueltas en su cabeza: la beca, mi beca, hasta que...

- Estas bien amigo?

Cuando Edgar volteo, lo vio, de nuevo, con su cabello despeinado y ahora café chocolate, con un conjunto blanco y una cara de preocupación que, al igual que el resto, le lucia tan bien.

- Eres... eres...

- El chico del autobús?

No es cierto...

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