Dame tu mano

24. Casa medio vacía.

Haber hecho dos mudanzas en el mismo año, en menos de seis meses hacia sentir a Edgar agotado, no paraba de decirse a sí mismo, mientras hacía la maleta y guardaba de nuevo en cajas sus cosas, que eso era lo mejor, así ya no molestaría a Noel, dejarían todo de una vez, e incluso, con algo de suerte, en poco tiempo se olvidaría de todo.

Aunque no sería tan fácil, si consideraba que a donde se mudaba, era la casa del mejor amigo de Noel... y es que Philip y Dan habían sido muy amables con él y le habían ofrecido asilo de muy buena manera, ambos le aseguraban que incluso casi no estaban por la casa y sería casi como vivir solo, había aceptado, primero por su amabilidad, segundo porque no quería volver con sus padres, sabía que lo recibirían, pero no quería admitir que se había equivocado en su relación, ellos ni siquiera sabían lo de las peleas, o la nueva mudanza, y además... no tenía a donde más ir, no tenia dinero suficiente para la renta de un departamento o incluso una habitación de hotel, pero ahorraría lo suficiente, no viviría todo el tiempo con Philip y Dan, sobre todo porque ellos prácticamente eran como una pareja casada, (solo firmar ante un juez les faltaba), así que no quería perturbar demasiado a la pareja.

Cuando ya tenia todo listo y el camión de mudanza estaba a punto de llegar, escucho la puerta abrirse, Noel llegaba más temprano, no le había dicho que se iría, bueno si que lo había hecho, en el desayuno hace unos días, pero no le había dicho puntualmente que día se iba, por lo que sintió que el estómago se le revolvía y le daba un poco de miedo, no por una mala actitud en si de Noel, sino porque no quería despedirse directamente, viéndolo, al chico del autobús, al de sus sueños... pero tendría que hacerlo, no le quedaba opción, así que se armó de valor y comenzó a sacar del cuarto de invitados sus pertencias.

Cuando Noel se percató de lo que hacía Edgar de inmediato se dirigió a él con el ceño fruncido.

- Qué haces?

- Hola a ti también.

- Edgar... no estoy para juegos ni bromas.

- Ni yo... estoy sacando mis cosas, no lo ves?

- Ah si, perfectamente, pero me gustaría saber, el motivo de porque estas sacando tus cosas.

- Ya te lo había dicho, me voy Noel.

- Te vas?

Su tono se ablandó por completo y salió descompuesto y triste.

- Si.

- Por... Por qué?

- Qué has estado ciego y sordo estas semanas?

- Edgar yo... cuando lo dijiste hace unos días pensé... no creí que de verdad fueras a...

- Irme? Pues créelo, eso hago.

- Y no hay nada que yo pueda hacer para que tu...

En ese instante Edgar comenzó a reírse, de una manera que sonaba bastante irónica y no dejó a Noel terminar su frase.

- Es en serio Noel? Estuvimos sin hablarnos casi un mes, intente hablar y no quisiste... y ahora quieres arreglar todo?

- Edgar esto ni siquiera es tan grave.

- Y si no lo es por qué estabas tan enojado?

- Es que... yo...

- O solo buscabas un pretexto para que me fuera y tu poder fingir tristeza y luego hacer una fiesta por recuperar tu libertad?

- De verdad piensas que yo haría algo así?

- Noel yo creería demasiadas cosas de ti, al menos ahora... así que... no me pidas darle solución a algo que desde que se rompió no lo vamos a poder reparar.

- Pero...

- Ya no! No voy a soportar otra relación en la que me sienta como un bicho y que me traten como si no fuera nada.

- Yo no hice eso.

- Y que era lo que hacías cuando me ignorabas? Eh?

- Edgar tu te fuiste de la habitación... yo lo respete, te di tu espacio y espere... todos los días pensaba en que podía hacer para estar bien los dos.

- Ah pues lo disimulaste muy bien, porque yo nunca vi interés de tu parte de querer arreglar las cosas... si tan absurdo era, lo llevamos muy lejos... y ahora que el daño esta hecho, no hay nada más que hacer.

En ese momento timbraron a la puerta, el señor del camión de mudanzas sacó todas las pertenecías de Edgar, mientras que Noel solo observaba plantado en su lugar.

Cuando se llevaron todas las cosas, Edgar dejó su copia de las llaves en la mesa y dirigió unas últimas palabras a Noel.

- Terminamos Noel... ojalá en unos meses sea solo un mal recuerdo.

Y se fue cerrando con un portazo.

Noel quería salir corriendo tras él, decirle que no tenía porque irse, que podían arreglarlo todo... pero solo se quedó allí, viendo a la puerta, en medio de una casa medio vacía.