A pesar de que en la cabeza de ambos pasar una noche entera juntos implicaría demasiadas cosas que irían mejor en un archivo +18, la realidad es que cada uno durmió en su lado de la cama, Edgar siempre dando la espalda a Noel y cuando este hacia ademán de acercarse y abrazarlo, Edgar se revolvía en su lugar incómodo, lo estaba, por el simple hecho de imaginarse que pudiera pasar algo así entre ellos, pero Noel, entendió al segundo intento y permaneció de su lado.
Al despertar al día siguiente, ambos debían prepararse, Noel iría a trabajar y Edgar a la escuela y después a su trabajo, cuando despertó, Noel no estaba por ningún lado, así que solo salió y se dirigió a la cocina, una vez allí se dio cuenta que Noel estaba de espaldas haciendo el desayuno, la verdad es que olía delicioso y Edgar sintió a su estómago protestar por el hambre, así que, se acercó hacia Noel y puso su cabeza en su hombro y preguntó que estaba preparando.
- Langosta, no ves? - Dijo Noel sonriendo y en tono de broma.
- Que gracioso eres. - Edgar le había puesto mala cara.
- No te enfades universitario... te gustan los hot cakes?
- Si... pero me dijiste que casi no te gustaba lo dulce...
- Así es... pero es para celebrar.
- ¿Celebrar?
- Si, que ahora vivimos juntos.
Edgar se había puesto colorado.
- Ah, ya.
- Bueno... siéntate.
Luego de desayunar, Noel miraba fijamente a Edgar y este al percatarse lo miró.
- Qué?
- Veo a mi novio.
- Y por qué me ves?
- Porque quiero hacer algo...
Edgar de nuevo estaba completamente rojo.
- Hacer qué?
- Me tengo que duchar... quieres venir conmigo?
El tono de la cara de Edgar era demasiado rojo y comenzaba a sentirse acalorado.
- Pero... qué dices...? ¡No!
- Vamos! Solo es una ducha.
- Qué no!
- Bueno.
Noel se dirigió al cuarto de baño e incluso una vez dentro de este le grito a Edgar.
- ¿Seguro que no vienes?
- ¡Ya te dije que no!
Edgar fue a buscar su ropa para cambiarse y cuando Noel salió le paso rápidamente por un lado y se encerró en el cuarto de baño.
Cuando terminaron las clases Edgar empezó a caminar hacia su trabajo, normalmente a medio camino Noel lo alcanzaba e insistía en llevarlo, pero ese día no apareció.
Durante la jornada laboral todo estuvo tranquilo y por la noche antes de cerrar, Philip se acercó a Edgar.
- ¿Vienes?
Eso descolocó a Edgar.
- ¿Perdón?
- A cenar... Noel, ¿no te dijo?
No lo había hecho.
- Ah si... la cena... estoy un poco cansado, creo que pasó por esta vez.
- Seguro?
- Sí.
- Bien... hasta mañana.
Philip pudo percibir que algo pasaba, pero no dijo nada más.
Una vez que Edgar llegó a casa, tomó una ducha y en la sala comenzó a hacer su tarea, estaba por terminar cuando la puerta se abrió, Noel llevaba su chaqueta en la mano y parecía sorprendido de ver allí a Edgar.
- Hola extraño. - Bromeo Edgar.
- Ah hola. - Noel había sonado bastante cortante.
- Estas cansado?
- Sí.
- Ah...
El silencio era incómodo.
- Cómo te fue en la cena?
- Bien.
- Philip me dijo... pero yo le dije que estaba cansado.
- Ajá.
Edgar se levantó ya algo molesto y se acercó a Noel.
- Y a ti que te pasa?
- Nada.
- Y por qué me contestas tan mal?
- Estoy respondiendote.
- Y lo haces como si te llevara la vida en pronunciar más de 2 palabras.
- Como quieras... me voy a dormir.
- Noel... qué tienes?
Esta vez Edgar sonó algo triste.
- Es por qué estoy aquí?
Noel se tenso y se giro de lleno hacia Edgar, su mirada se relajó, pero seguía tenso.
- No te entiendo Edgar.
- Eh?
- Esta mañana no querías acercarte y ahora me dices esto? Juegas conmigo? Quieres volverme loco?
- Yo...
- Pensé que sería una buena idea estar juntos... vivir juntos... pero parece que a ti no te gusta estar aquí.
- No es cierto. - Edgar había agachado la cabeza y estaba avergonzado.
- Entonces?
- Es que... solo... es que... me da pena que... yo... bueno... es que...
- Edgar... puedes creerte internamente esto?
- El que?
- Que me gustas lo suficiente como para querer formar una vida juntos, vivir y pasar cada segundo por el resto de nuestras vidas juntos... y me gustas lo suficiente como para solo dormir de cada lado en la cama y no tomar duchas juntos... con tal de saber que estarás en mi vida.
- Noel...
- Me iré a duchar.
Edgar estaba en su lugar, analizando cada palabra, fue a por sus cosas y se apresuró a guardarlas en su mochila, se fue al cuarto y se acostó.
Noel llegó poco después y sin hacer ruido al pensar que Edgar ya dormía, solo se metió entre las sábanas.
Apenas se acomodó Edgar se acercó y lo abrazó por detrás, y le dio un beso en la mejilla.
- Lo siento... también me gustas mucho.
Noel se giro de lleno y le dio un corto beso en los labios a Edgar, lo acercó más y se abrazaron.
- Te quiero universitario.
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Dame tu mano
Romance- Él.. sobrio. - Él... amoroso. - Él... intrigante. - Él... olía tan bien Dios, por qué tenía que oler tan bien? Y por qué no podía dejar de sonreír?