Tanto Philip como Dan no paraban de reírse, Noel les había contado toda la historia de como Edgar lo había presentado a su familia y como todos fueron tan amables, mientras ambos se morían de miedo por dentro, Noel ya podía contarlo más tranquilo, y desde entonces Noel pasaba de vez en cuando al interior de la casa a saludar e incluso algunos días comían juntos, Edgar estaba totalmente rojo por la historia y lo desesperado que sentía que lucia ahora en perspectiva, sobre todo con el asunto de irse a vivir juntos.
- Bueno Edgar, no se aceptan devoluciones, eh.
De nuevo rieron con la broma de Philip.
- Sí, pero tranquilo Edgar, Noel me amenazó con lo mismo cuando empecé a salir con Philip... pero luego... - Volteo a ver a Philip.- Te das cuenta que agradeces que sea así.
Si había una pareja que a los ojos de todo el mundo se veía totalmente enamorada, esos eran Philip y Dan, podría parecer que era más cariñoso y amoroso Philip, pero ambos estaban totalmente locos de amor el uno por el otro y en un mundo tan olvidado del amor, Edgar agradecía eso.
- Pues te felicito Edgar, mi amigo tenía conquistas por todos lados, pero nunca nada serio con nadie.
- Recuerdo perfectamente su último intento de relación. - Decía Dan.- Esa chica estaba realmente enfadada cuando él le dijo que "no buscaba algo serio".
Edgar escuchaba y pensaba en como sentía que todo había sido tan natural entre ellos, solo... había pasado, no podía evitar sentir un poco de orgullo, pero a la vez se sentía mal por esa chica.
- Cómo sea... espero que te portes bien Noel, porque sino...
- Philip... eres mi amigo, porque me dices eso?
- Justo porque soy tu amigo y te conozco.
- Bueno ya, estamos en una cita doble no lo arruinen.
- Vaya cena para 4.
Todos rieron, pero en la mente de Edgar permanecía ese "no busco algo serio" y ahora la duda de lo que había pasado con esa chica lo invadió... ¿Por qué no funcionarían las cosas con ella?
Más tarde cuando regresaron cada uno a casa Nora, la hermana de Edgar estaba esperándolo en la sala... ella nunca hacía eso.
- Hola hermanito!
- ¿Hola?
- Cómo te fue?
- Bien...
- No hagas esa cara.
Edgar estaba totalmente confundido y con el ceño fruncido.
- Es que nunca me recibes, o me esperas cuando salgo.
- Bueno... pero hoy si.
- Y eso es por qué...
- No puedo creer que no confíes en tu dulce hermanita menor y me tengas tanta desconfianza de pensar que solo estoy aquí por algo más que recibirte a tu llegada.
- Bueno, lo siento, solo me extrañó.
Edgar se relajó y se dirigió a la cocina para tomar un poco de agua y fruta para cenar más tarde en su habitación.
- Aunque...
- ¿Qué?
El ceño de Edgar se frunció de nuevo.
- Qué harás el sábado?
- El sábado... nada, es mi día de descanso.
- Y Noel?
- Él no trabaja los sábados.
- Y qué hará este sábado?
- Que yo sepa nada... ¿Por qué?
- Crees... qué... quiera salir a cenar... con la familia...
- Nosotros 5? Si yo creo que si.
- Ajá... 6
- 6 qué?
- 6... en la cena.
- 6? No, somos 5, tu, yo, mamá, papá y Noel... 5.
- Sí... pero vamos a ser 6.
- ¿Por qué 6?
- Porque... va a ir mi... mi novio...
- Ah ya... entonces si... vamos a ser 6... con tu nov... tu... tu nov...
Edgar se comenzó a poner rojo.
- ¿TÚ QUÉ?
- Oh oh...
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Dame tu mano
Romance- Él.. sobrio. - Él... amoroso. - Él... intrigante. - Él... olía tan bien Dios, por qué tenía que oler tan bien? Y por qué no podía dejar de sonreír?