XXXI. The Passenger Seat

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Treinta y uno: Asiento del copiloto

7 de Octubre de 2011

El cansancio acribillaba el ser de Hermione.

Más allá de lo mental o lo físico, era el tipo de cansancio que tiraba de sus párpados, se inclinaba sobre su corazón y hacía que cada movimiento resultara pesado hasta encontrar el consuelo adecuado.

Al final, siempre dejaba de luchar, cerraba los ojos y se permitía descansar.

No importaba dónde se quedara dormida,en el sofá, en una silla o mientras tomaba el sol con Scorpius en los días fríos con encantos calentadores, Hermione siempre se despertaba en la cama con el eterno dolor en el pecho, cubierta con la manta de Draco y completamente desorientada.

Pero no siempre sola.

A veces Andrómeda o Pansy estaban allí, o Susan o Padma los días que dormía demasiado, pero hoy Scorpius estaba junto a su cama, con todo excepto su cara envuelta en la manta que ahora llamaba suya. Después de su ataque de tos, el remanente de un daño pulmonar que tardaría en curarse, se arrastró hacia el borde, arrastrando la manta de algodón. Ella se preguntó cuánto tiempo llevaría allí, pero nunca se lo preguntó, sólo levantó las mantas en señal de invitación.

Abandonó la manta y se unió a ella mientras Hermione se debatía sobre una segunda siesta después de que él se acomodara en su almohada, parpadeando. Con la mano buena, le apartó el suave pelo de la frente; su tacto era ligero como una pluma, deteniéndose en su frente.

-¿Te divertiste haciendo jardinería con tu abuela y el señor Neville?.-

Scorpius sonrió un poco. Se lo había pasado bien.

-¿Saludaste a las plantas de mi parte?-

-Sí.-

La falta de vacilación en su respuesta de una sola palabra significaba que estaba en lo que Hermione cariñosamente consideraba su humor para hablar, que se estaba volviendo bastante normal.

Normal después de un tiempo con los Potter, cuando tenía las mejillas sonrosadas de correr tras una snitch de juguete.

Normal después de que su padre leyera cada nota que Scorpius sacaba de su bolsillo. Algunas viejas, otras nuevas, pero todas significativas.

Normal después de un día en el jardín arrancando malas hierbas o patatas.

Lo cual era otra nueva normalidad para él.

La costumbre había comenzado un día en que Narcissa se excusó para encontrarse con Neville. Scorpius se había animado y había pedido con las manos ir. Todos se habían sorprendido, pero Draco aceptó siempre y cuando Catherine los acompañara, y desde entonces había ido todos los días. Si bien Neville y la jardinería habían sido parte de la atracción inicial, tal vez ahora lo impulsaba la promesa de pasar tiempo a solas con su abuela en un lugar donde encontraba paz.

El cambio entre Narcissa y Scorpius era tenue pero evidente.

Narcissa sonreía más y parecía estar más a gusto con él, incluso relajada. Y esa mañana, Scorpius, después de muchas dudas, los había sorprendido a todos cuando se había acercado a su abuela después de atarse los zapatos sin ayuda por primera vez.

Estaba orgulloso de su logro.

Y Narcissa también.

Ella se lo había dicho, posiblemente incluso por primera vez, y la forma en que él la había mirado fijamente, con la sonrisa desvaneciéndose ligeramente, volviéndose serio, significaba que la había creído.

Measure Of A Man - Dramione (Traducción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora