Veinte: Observar a conciencia
8 de julio, 2011
No existía tal cosa como una revolución perfecta.
Cada una tenía sus propios desafíos particulares, y no le tomó demasiado tiempo a Hermione encontrarlos en el núcleo del movimiento de Percy.
Primero y principal, había fricción.
Múltiples capas.
No era un problema en ese momento, pero en el futuro podía amenazar el dialogo, poner a prueba viejas lealtades o invalidar la oportunidad de crear nuevas soluciones a los problemas que surgieran. No podía saberse para qué lado iría, pero Hermione podía ver fácilmente por qué Percy los había mantenido a ella y a Harry fuera de la contienda.
Pero ahora que estaban adentro, no había vuelva atrás.
Los problemas parecían reducirse al hecho de que había demasiados, demasiadas mentes, demasiados puntos de vistas y demasiadas creencias diferentes hacinadas en una habitación, trabajando para resolver un problema multifacético. No había una solución fácil, ni bien o mal. Cada decisión era, en esencia, gris, con atisbos de viejos problemas mezclados con otros nuevos en el medio. Otros por los que Percy le había pedido con anterioridad que estuviera atenta.
La observación era la mejor forma de documentar y analizar a aquellos presentes, y antes del comienzo de la reunión, Hermione hizo exactamente eso, asumiendo un papel que no había interpretado con regularidad en años:
La política.
Se metió en el papel como en un conjunto de túnicas que no le quedaban bien, pero nadie pudo notarlo excepto ella. Había opresión e incomodidad, el material —el cual alguna vez había sentido como una segunda piel— no era familiar en absoluto. Pero esa noche tendría que ser suficiente.
Hermione actuó. Era lo que mejor hacía. Interacciones comedidas parecieron genuinas y amistosas; les dio la ilusión de que estaba jugando sus juegos cuando en realidad no estaba participando en absoluto. Casi todos los presentes eran conocidos, y rápidamente recordó sus personalidades y se refrescó la memoria en cuanto a sus dinámicas mientras ellos interactuaban con los otros. Pero unos pocos eran nuevos.
No es que importara qué tan bien conociera a cualquiera de ellos. Nuevos y viejos por igual, todos estaban felices de ver a Hermione Granger nuevamente en una función política. Aunque todos le preguntaron cuando iba a volver, ella sabía que no debía contestar. En cambio, Hermione absorbió sus palabras y catalogó a cada persona en tres categorías: quién era genuino, quién tenía su propia agenda, y quién había perdido de vista el objetivo principal de la restauración.
La tarea era sencilla pero necesaria. Todos eran líderes en sus propios derechos —la élite entre los oprimidos— y la historia le decía que ellos eran los que tenían el potencial de convertirse en una nueva generación de opresores.
Lo que simplemente no podía ocurrir.
No le llevó mucho tiempo a Hermione confirmar dos cosas:
Todos los presentes eran una mezcla desigual de las primeras dos categorías.
Todos ellos estaban unidos contra otro enemigo en común: Draco Malfoy.
O, más precisamente, su completa desconfianza hacia él.
No era evidente alrededor de Percy, pero fuera del alcance de sus oídos, los verdaderos colores emergían y su descontento con la presencia de Malfoy se volvía pronunciado. Desde el momento en que entró, ojos emocionados se tornaron amargos y sonrisas educadas se transformaron en muecas. La tensión creció como una ola, pronta a desbordar.
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Measure Of A Man - Dramione (Traducción)
FanfictionTraducción de la novela de ao3 "Measure Of A Man" de inadaze22. Todos los derechos de la historia son suyos y de J.K. Rowling. Sumario: Conocer de verdad a una persona es saber diferenciar entre quién alguna vez fue, quién es ahora y quién puede ser...