Measure Of A Man - Dramione (Traducción)

XXXVII. Even The Odds

N/T: Buenas buenas, por cuestiones de problemas de internet, he tenido que traducir directamente desde el celular, lo que provocó inevitablemente que tuviera que cambiar un par de cosas que editaré y solucionaré apenas pueda, una de ellas es que los diálogos estarán indicados como en la novela original con comillas: " ", además las palabras con énfasis denotadas con letra cursiva no voy a poder agregarlas por una cuestión de tiempos, espero que puedan comprender, ya que no quiero atrasarme con la programación de los capítulos. El fin de semana me tomaré el tiempo de buscar otra fuente de internet para mi computadora y corregirlo... Sepan disculpar.

Atl, Skay.

Treinta y siete: Equilibrar las posibilidades

25 de Noviembre de 2011

El momento fue un estudio de contrastes.

El corazón de Hermione se detuvo. Luego se aceleró.

El tiempo era interminable pero se reducía a cada instante que arrastraba una respiración al borde de la siguiente.

A su alrededor, la furia antinatural de la tierra arreciaba. Los árboles gemían cuando el viento empujaba sus troncos y retorcía sus miembros con violenta facilidad. El símbolo del odio rugía en el cielo, y las nubes se enroscaban a su alrededor como flores florecidas.

En el ojo de la tormenta se hizo un silencio espeluznante.

Duró un latido, luego dos.

Pero las varitas desenfundadas rompieron la quietud con la fuerza de una magia frenética.

Una cacofonía de zumbidos inició el ataque.

Llovían hechizos como estrellas fugaces, un abanico de colores malévolos que Draco redujo a polvo con un fuerte amuleto de protección que brillaba en el cielo como fragmentos de cristal roto.

Lo que él no captó, Hermione sí.

O lo intentó.

Unos pocos burlaron sus defensas. Hechizos explosivos golpearon el patio como granizo, sacudiendo el suelo bajo los pies. A pesar de los gritos de pánico de los chicos, que se agacharon ante sus gritos, el equipo no se dobló y su Amuleto Inquebrantable se mantuvo firme.

Pero el bombardeo no se detuvo.

Demasiados para contarlos. Demasiados para verlos.

Se estaban acercando, y una rápida mirada a Draco se lo dijo todo.

Él sabía, igual que ella, que no podrían seguir así mucho tiempo.

No a menos que...

"Confía en mí."

Hermione no esperó su respuesta. En el momento entre asaltos, encendió todos los bancos de la zona de recreo con llamas de campanillas que se extendían rápidamente. Otro hechizo los arrancó de raíz y el siguiente convirtió los bancos en armas ardientes que lanzó contra los cinco mortífagos.

Draco permaneció a la defensiva mientras ella pasaba al ataque.

El sudor le resbalaba por la sien y a Hermione le temblaba la mano, pero su voz era fuerte cuando lanzó el hechizo.

"¡Bombarda Máxima!"

El suelo tembló.

La metralla de madera y metal salpicó por todas partes. Sus atacantes gritaron y se pusieron a cubierto, intentando protegerse del caos. Uno de los enmascarados fue atravesado por un trozo de hierro y los demás cayeron al ser alcanzados por fragmentos de madera. Eso fue lo último que vio Hermione antes de quedar temporalmente ciega y sorda por la fuerza de su sobreesfuerzo.