XXXII. Heartbeats

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Treinte y dos: Latidos

10 de Octubre de 2011

Hermione dejó a su paso un silencio envolvente.

Se extendía por todos los rincones, tocaba el techo e impregnaba el suelo con una tensión tan densa que se preguntó si se fundiría con el propio oxígeno de la habitación. El poderoso rugido en los oídos de Hermione y el cosquilleo eléctrico a lo largo de su piel hicieron que sus músculos se tensaran. Su corazón latía a un ritmo que sólo los seres salvajes podían entender.

No de miedo ni de furia.

Sólo adrenalina.

Pero cuando se dio la vuelta para marcharse, el silencio se rompió y una oleada de demandas se precipitó sobre ella en una corriente tan rápida que no pudo distinguir un ruido del siguiente.

Las sillas chocaron contra el suelo. Un martillo retumbó repetidamente sobre la madera. Las voces se superpusieron en un mar de sonidos que nunca pudo separar.

Hermione lo ignoró todo.

Como un barco atrapado en la furia de una tormenta, las olas de palabras ásperas y siseantes deberían haberla derribado y hundido, pero se mantuvo erguida. Firme y flotando. La sala siguió retumbando al compás de su nombre mientras ella seguía caminando y se marchaba.

La tormenta no se calmó.

Los clamores no murieron.

Incluso cuando las pesadas puertas se cerraron tras ella con un sonoro tintineo y la cerradura giró con decisión, Hermione seguía oyendo la tormenta. Hermione cruzó el umbral y exhaló el primer suspiro entrecortado mientras calmaba el corazón y se sacudía la tensión de la mano libre.

Las voces traspasaron la barrera. La de Harry se alzó en defensa, golpeando la madera con estruendo, mientras que la llamada de atención de Percy, fina y aguda, se colaba por las rendijas.

Hermione se desplomó contra la pared de piedra en un testamento del agotamiento que había sentido desde el comienzo de la convocatoria que la había dejado un poco maltrecha, pero no abatida.

Sin embargo, estaba increíblemente enfadada.

Se oyó un carraspeo en el pasillo vacío.

Hermione abrió los ojos y los miró de arriba abajo. El pasillo estaba vacío, salvo por Draco, que estaba sentado en una silla frente a ella, con las piernas cruzadas y los brazos cruzados, como si llevara un rato esperando.

La placa en su cinturón y la funda de la varita en su hombro le decían una cosa.

Se había reincorporado.

Pero él no se movió, sólo inclinó la cabeza en señal de pregunta. -¿Cumpliste?-

-Yo... lo hice.-

Hermione estaba casi al alcance de la mano cuando la voz de Percy se elevó a un volumen inusual detrás de ella. Se detuvo cuando los ojos de Draco parpadearon por encima de su cabeza hacia la puerta cerrada, momentáneamente distraídos, pero luego volvieron a caer. Enarco una ceja.

-Mayormente.-

Cuando se puso en pie, no parecía impresionado. -¿Qué ha pasado?-

Su plan cuidadosamente elaborado debería haberla tenido dentro y fuera en cinco minutos, con Harry tirando de rango para ser el que realizara la extracción de memoria y plantando la de Draco con los investigadores, pero incluso los planes mejor trazados a veces se torcían al comienzo de una batalla.

-Todo empezó como habíamos planeado, pero después de la extracción de Harry, Tiberio presentó una orden escrita para una declaración adicional bajo Veritaserum.-

Measure Of A Man - Dramione (Traducción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora