XXXIII. Standing Still

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Treinta y tres: Permanecer inmóvil

26 de Octubre de 2011

El alba trajo un nuevo día.

Envuelta en una manta encantada, Hermione presenció el ascenso del sol desde la oscuridad sobre las cimas de las casas vecinas. Rayos de color bañaron de luz el mundo despierto.

Cada día que pasaba hacía más difícil quedarse quieta, y más difícil concentrarse en la calma cuando algo más se elevaba.

La tensión.

Draco estaba construyendo su propia estructura.

Ladrillo a ladrillo, se encerraba en sí mismo y se refugiaba en los mismos pensamientos en los que había estado pensando los últimos días. A veces la dejaba entrar y hablaba de temas intrascendentes que se alejaban de la verdad. Otras veces, la dejaba fuera. Ahora mismo, lo único que les unía bajo el amanecer eran unos cálidos dedos entrelazados.

El momento terminó con una rápida mirada a su reloj.

Draco se excusó para preparar el té con un suave beso en la muñeca de ella. Ese había sido el alcance de sus besos diarios últimamente, nada más en ningún frente desde la mañana después de la boda, cuando ella no había podido ocultar su agotamiento. La noche la dejó un poco magullada, dolorida y agotada durante dos días.

Hermione no se arrepentía de nada, pero Draco seguía estando de los nervios.

Cuando se fue, su suspiro se unió a la brisa.

Hermione tenía una idea de lo que estaba mal, pero como él no estaba listo para discutirlo, ella dejó de presionar y comenzó a prepararse para el momento en que él lo estuviera. Una vez tomada la decisión, disfrutó del amanecer durante otros quince minutos antes de arrastrarse hacia el interior de la casa.

Theo y Draco se reflejaban mutuamente. El primero giró la cabeza al verla entrar, mientras que el segundo seguía mirando el cuenco que había sobre la mesita.

Pero no era un cuenco cualquiera.

Ancho. Poco profundo. Hecho de ónix negro.

Colocada sobre un soporte de hierro forjado.

Un pensadero.

-Hermione.- Theo se cruzó de brazos, mostrándose inusualmente inquieto. Ella había interrumpido algo. Si era una discusión o una conversación, ella no lo sabía. -¿Cómo te sientes?-

Era la misma pregunta que le hacía cada vez que la veía.

-Cada día mejor en algunos aspectos.- Ella se acercó, ocupando un lugar entre los dos.

-¿Estás seguro de esto, Theo?- La pregunta de Draco fue seguida rápidamente por un intercambio de miradas significativas.

Hablaba de un vínculo más profundo entre los hombres del que ella nunca había sido testigo.

-No.- Los dedos de Theo rozaron el borde por última vez antes de meterse ambas manos en los bolsillos. -Pero creo que esto será más beneficioso para Narcissa que para mí. Me ha dicho que has estado extrayendo recuerdos.-

-Lo he hecho.- Ante las palabras de Draco Hermione retrocedió ligeramente. -Sólo unos pocos.-

Ella no lo había sabido.

-No ha sido un proceso fácil.-Draco se llevó las manos a la espalda, apartando los ojos del Pensieve. -Algunos de los recuerdos son débiles y poco claros a veces, pero sólidos y fáciles de captar otras. El sanador Smith ha estado coordinando el esfuerzo.-

Measure Of A Man - Dramione (Traducción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora