🔥Capítulo 17🔥

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La cena


Atenea Morelli

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Atenea Morelli

― Nunca llegué a imaginarme que sabía cocinar.― limpio la comisura de mis labios con la servilleta de tela que yace cerca de mi plato.

― Eso es lo que sucede cuando tienes una madre que es chef.― sonríe con ternura al haber mencionado a su madre.

― Me parece interesante un hombre que tiene conocimiento sobre las artes culinarias.― tomo mi copa de vino y tomo un trago para quitarme el sabor de la carne.

― Me gusta la cocina, preparar comida me ayuda a desestresarme.― se levanta para recoger los platos de la mesa.

― Deja y te ayudo, ya has hecho mucho esta noche.― me levanto para ayudarlo a ordenar la mesa.

― No, mejor espérame ahí sentada, eres mi invitada.― se opone a que lo ayude.

― Por lo visto no vas a dejar que te ayude, así que mejor haré caso a lo que dices.― camino hacia la puerta de su balcón.

Es impresionante la hermosa vista de la ciudad desde aquí, se puede apreciar el mar y parte de las calles transitadas de Polonia, se aprecia el sonido de las olas del mar, es para mí el sonido más relajante del mundo. El sonido de mi celular me saca de mis pensamientos, tomo mi celular y veo de quién se trata, miro hacia la cocina para asegurarme de que Alonso se encuentre lejos y no pueda escuchar mi conversación.

¿Ahora qué pasó?― pregunto con fastidio, últimamente estoy harta de las malas noticias.

Lamento llamarla a estas horas, pero como dijo que cualquier novedad le avisara.― hace una pausa.― Encontramos uno de los burdeles de la señora Artemisa.

Muy bien, por fin algo bueno en todo el día.― vuelvo a ver para asegurarme de que Alonso no esté cerca, Alonso se encuentra concentrado en la cocina lavando los platos.

Usted diga.― escucho su respiración del otro lado de la línea.― ¿Qué hacemos?

Por el momento traten de familiarizarse con la zona, ya luego pienso qué van a hacer.― Alonso se acerca con dos copas más de vino.

Entendido mi señora.― miro a Alonso, este se mantiene en silencio para no interrumpir mi conversación.

Si eso es todo, le agradezco la información.― trato de sonar con formalidad más de lo normal, dándole a entender que no estoy sola y no puedo hablar libremente.

Termino la llamada, vuelvo a dejar mi celular en el mismo lugar que se encontraba antes, Alonso me extiende mi copa y se coloca a mi lado.

― ¿Trabajo?― deja su copa sobre el barandal de concreto.

Sed de poderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora