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Liberada
Atenea Morelli
¿Has llegado a sentir en algún momento paz contigo misma/o? ¿Te has sentido libre espiritualmente?, nunca lo había sentido, hoy es el día o más bien el momento en que me siento de esa manera. Por primera vez después de tantos años he podido sentirme en libertad conmigo misma.
Siento como si nada me detuviera, siendo sincera, es una sensación maravillosa, la mejor del mundo, Alonso y yo nos encontramos metidos en la piscina, bajo la luna y estrellas, mirando hacia la inmensa ciudad, hablando sobre nosotros, conociéndonos un poco más.
― ¿Por qué te dicen la viuda?
Me volteo a verlo, hasta ahora no había realizado ninguna pregunta que fuera tan personal, me quedo pensativa sobre contarle o no, pero al final decido hacerlo, sonará algo loco, pero con Alonso siento cosas muy bonitas, cosas que nunca había sentido con alguien, emociones que creí sentir con Alessandro, pero realmente no las sentí.
― Es una larga historia.― sonrío sin emoción al recordar todo lo que tuve que pasar para poder tener ese apodo.
― Eso no es problema, tenemos toda la noche para hablar sobre ella.― un cigarro descansa en sus labios todavía sin encender, me mira en espera de una respuesta, no me siento presionada, todo lo contrario.
Tomo una bocanada de aire y lo expulso por la nariz lentamente.
― Para decirte la realidad de mi apodo, primero debo contarte parte de mis secretos.
Me escucha atentamente, no sé si deba decirle a lo que me dedico, pero si en algún momento llegamos a tener algo formal, es algo que no podré ocultarle, prefiero que se aleje de mí ahora que esto comienza, a que lo haga cuando ya mis sentimientos estén comprometidos completamente con él.
― Tranquila, si te sientes presionada o algo, pues cuéntamelo cuando te sientas preparada.
― Deseo decírtelo, si decides alejarte al saberlo o quedarte, ambas posturas las pienso entender.― me volteo a verlo fijamente, transmitiéndole sinceridad en mi mirada.
― Sea lo que sea.― hace una pausa y me mira relajado.― Prometo quedarme.
Lo que acaba de decirme me ha impulsado para contarle las cosas, el agua caliente mantiene relajada mi piel a tal punto que siento frío si salgo del agua.
― Te mentí, no me dedico a los negocios internacionales como una vez te comenté.― miro hacia el cielo, hoy se ve más hermoso que nunca.― Pertenezco al mundo de la mafia.
Me mira neutro, sin ninguna reacción, como si no lo tomara por sorpresa mi confesión.
― Hace ocho años me enamoré, esa persona fue mi primer todo.― ahogo un suspiro con solo recordar lo mucho que amaba a Alessandro.― Nos comprometimos y tiempo después quedé embarazada, decidimos viajar de Londres a Florencia para darles la noticia a mi familia, tanto de mi matrimonio, como de mi embarazo.
― ¿Qué tiene que ver tu apodo con eso?― noto la curiosidad en sus ojos, en el intenso gris de sus iris.
― Mi prometido me fue infiel con mi hermanastra, me engañó con la persona que creía mi hermana por haberla visto crecer, cuando lo supe no actúe como mujer sufrida, todo lo contrario.― de cierto modo es graciosa la manera en que manejé la situación, otra en mi lugar se hubiera sumergido en el llanto.― Decidí a pesar de todo continuar con la boda, pero el día de mi boda mi hermanastra fue a buscar a mi esposo, me secuestró y sacó de mi vientre a mi hija, después me aventó por un barranco.― una risa seca sale de mí de solo recordar aquellos momentos.
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Sed de poder
RomantikAtenea lucha durante años por obtener poder y posicionarse en el mundo de la mafia, mundo en el cual es toda una diosa, se apoda como la viuda, pero solo tiene un objetivo. Ese objetivo es destruir a Artemisa, calcula sus pasos, sabe donde y cuando...