La inmortalidad puede ser una carga (pero es una bendición)

2ºCapitulo

Notas:

TW: intento de deslizamiento de sewarslide, autolesión, sobredosis, pensamientos de sewersildal

Por favor ten cuidado al leer esto <3

(Consulte el final del capítulo para obtener ).

Texto del capítulo

Izuku despertó con un grito ahogado. Disparándose en su cama. El sudor se pegaba a su sien mientras miraba con los ojos muy abiertos las paredes de su habitación.

Izuku sintió una ola de confusión invadirlo. Acababa de estar en el techo de ese edificio abandonado. ¿Cómo volvió a su habitación? No recordaba haber caminado de regreso a su casa.

Izuku sintió un violento escalofrío recorriendo su columna mientras todo volvía a fluir. Cómo se había dejado caer, cómo todo se había oscurecido cuando golpeó el suelo con un ruido sordo.

Izuku sintió una ola de histeria invadirlo mientras se metía el puño en la boca, tratando de amortiguar sus sollozos.

Izuku se encogió sobre sí mismo mientras repetía la imagen en su cabeza una y otra vez. Sabía que no podía haber sido un sueño, se sentía demasiado real para ser una especie de sueño enfermizo.

" No. nononononono por favor- " Izuku comienza a murmurar en voz baja mientras agarra su cabello con fuerza, la respiración se acelera mientras grandes lágrimas brotan en el rabillo de sus ojos.

Había llegado a la paz con su vida, había llegado a la paz con su decisión. Y, sin embargo, el universo había decidido gastarle algún tipo de broma cruel. Dejándolo seguir sufriendo en la vida que nunca había pedido en primer lugar.

No. No, él no permitiría que esto sucediera. Había terminado con este mundo, todo se había ido a la mierda, ya no tenía motivos para quedarse, no había nadie que se preocupara por él en este momento. No necesitaba seguir siendo una carga para su madre, no quería quedarse ni un momento más del necesario.

Izuku lentamente se quitó las mantas antes de salir de su cuerpo a una cama cálida y caminar hacia el baño, revisando dos veces la habitación de su madre para asegurarse de que todavía no estaba en casa. Sabía que ella saldría con sus amigos esa noche, que no volvería hasta que él ya se hubiera ido. Incluso si a ella no le importaría lo suficiente como para intentar detenerlo.

Izuku se deslizó hacia el baño, sintiendo el frío azulejo bajo sus pies morder su piel mientras se dirigía hacia los cajones.

Sacó el cajón de su armario, rebuscando en él mientras buscaba lo que necesitaba con los ojos ligeramente vidriosos.

Después de un momento, Izuku sacó una pequeña botella de Tylenol. Había investigado al respecto hace años, si tomaba suficiente cantidad en un corto período de tiempo, había menos del 2% de posibilidades de supervivencia.

Lo siguiente que sacó fue una pequeña navaja. Uno que había usado numerosas veces antes pero que de alguna manera todavía estaba afilado y sin óxido.

Izuku miró hacia el espejo, haciendo contacto visual con su reflejo y congelándose por un momento mientras contemplaba su reflejo.

Se dio cuenta de cómo sus mejillas parecían carecer de la grasa de bebé que tenían solo unas horas antes, cómo de alguna manera parecía haber crecido más en su estructura facial, ahora luciendo una mandíbula casi cincelada, pero aún parecía un patético y peculiar segundo año.

Pero eso no fue necesariamente lo que hizo que Izuku se detuviera, fueron sus ojos.

Izuku se miró los ojos en el espejo, el color esmeralda que alguna vez fue sólido se había vuelto casi heterocrómico. Ahora había casi un anillo de oro alrededor de su pupila que parecía sangrar en el verde. Haciendo que pareciera casi como si estuvieran sangrando oro.

Izuku negó con la cabeza, apartando los ojos del espejo mientras se mordía el labio. Aclarando su cabeza. Era sólo su imaginación jugándole una mala pasada. Era imposible que el color de sus ojos cambiara sin algún tipo de peculiaridad.

Izuku se alejó del espejo, dándole la espalda mientras se movía para apoyarse contra la puerta del baño. Bloqueándolo.

Dejó escapar un suspiro tembloroso antes de abrir la tapa de la botella y verter un puñado de pastillas en su mano. Comenzó a tomar las pastillas blancas durante un largo momento antes de tomárselas. Eso debería ser suficiente para matarlo en unos breves momentos.

Izuku se deslizó lentamente por la puerta, levantando la pequeña hoja hasta sus ojos mientras el acero brillaba en la tenue luz del baño.

Ya podía sentir los efectos de la medicina y su visión comenzaba a volverse borrosa. Una señal clara del inicio de una sobredosis.

Pero tenía que estar seguro. Así que bajó la espada hasta su brazo, dejando que el filo le mordiera la piel.

Comenzó por el codo, cortando una línea horizontal profunda en el tejido antes de comenzar una segunda. Apenas sintió el dolor, pero había una leve alegría masoquista en el fondo de su mente mientras observaba la sangre subir del corte y fluir por su brazo.

Izuku no está seguro de cuántos cortes recibió en sus brazos antes de que todo se volviera negro lentamente y la hoja cayó al suelo.

***

Izuku parpadeó para despertarse lentamente, un latido sordo cerca de la parte posterior de su cabeza y brazos lo llevó lentamente a la conciencia.

Izuku bostezó levemente, moviéndose para estirar los brazos por encima de su cabeza cuando se congela.

'No' le susurra su mente mientras Izuku baja lentamente los brazos, cualquier tristeza matutina huye de él mientras se levanta de su posición apoyado contra la puerta. Sus piernas casi colapsan debajo de él mientras se mueve para plantar sus manos en el mostrador.

Se quedó mirando sus brazos temblorosos. Sin darse cuenta de las lágrimas que brotaron de sus ojos y rodaron por su rostro.

Izuku deja escapar un suspiro tembloroso y sacude la cabeza mientras cierra los ojos. Una risa amarga en su lengua.

Por supuesto, no había funcionado. Por supuesto, joder. Por supuesto, el universo lo odiaba tanto que ni siquiera podía suicidarse correctamente.

Abrió los ojos y se miró los brazos. Frunciendo el ceño al notar que los cortes que había hecho anteriormente habían desaparecido. Reemplazado por una cicatriz dorada que parecía brillar en la luz apagada, una que cuando la tocaba se sentía suave al tacto. Casi como si los cortes nunca hubieran estado allí, la única señal de que alguna vez existieron fue su piel ahora brillante.

De repente, Izuku hizo clic. Por qué no había muerto en sus dos últimos intentos. Fue por una maldita peculiaridad .

Uno que nunca podría decirle a nadie que tenía. Porque le preguntarían cómo lo descubrió y si les dijo quién sabía lo que sucedería.

Izuku dejó escapar una risa amarga, echando la cabeza hacia atrás mientras las lágrimas comenzaban a brotar de sus ojos una vez más. Los de tristeza y pena junto con los de arrepentimiento. Arrepentido de no poder elegir su propio camino, arrepentido de haber sido tratado tan mal toda su vida por algo incorrecto.

Dios Izuku odiaba tanto su vida. ¿Por qué nada podría ser simple?

Notas:

Oye: Aquí tienes una actualización porque acabo de terminar de editar el capítulo. Si no lo sabes, el pobre Izuku está sufriendo aquí. Realmente necesita unos buenos abrazos, ¿los recibirá pronto? ¡Tendrás que esperar y ver!

¡también! ¡Aquí hay un ejemplo de cómo creo que se verían los ojos de Izuku en este AU!

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-Mero