三つ. EL AMOR.

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8 AÑOS DESPUÉS. AÑO 1328, ISLA DEL SOL NACIENTE (JAPÓN).

ALDEA GOKAYAMA.

La primavera había llegado y estaba con todo su esplendor dando cuenta de su presencia. El jardín de la Casa de té se encontraba envuelto en la magia de los cerezos en flor que pintaban de tonos rosados el lugar. Los ríos cristalinos también ayudaban para dar una aura de tranquilidad.

El ahora adolescente Satoh Taemin, caminaba descalzo por uno de los puentes de madera, vestido con un kimono ligero que reflejaba la serenidad del entorno, menos la de él mismo. Taemin iba presuroso hacia su clase de poesía. Por estar observando a unos pajarillos en pleno cortejo amoroso, ya iba retrasado. Y él jamás llegaba tarde a sus clases.

  Aki, estaba de pie frente a él, sosteniendo un pequeño tambor de madera en sus manos. Con una sonrisa gentil comenzó a darle instrucciones. —No corras Taemin San, recuerda que si quieres llegar a ser uno de los mejores Taikomochis, tienes que comportarte como tal. La vida no puede ser apresurada, necesitas darle el tiempo suficiente a cada actividad.

Lo lamento Sensei Aki. —Taemin se inclinó en una delicada reverencia hacia su mentor. —Yo...me quede observando a unos pajarillos que estaban disfrutando la plenitud de la primavera. No volverá a suceder. —Sus mejillas se tiñeron de rojo al mencionarlo.

—Aki lo observó por unos segundos y luego le sonrió empáticamente. —No necesitas disculparte si tu tardanza se debe a la contemplación del llamado de la naturaleza. Es época de apareamiento y eso es tan maravilloso. 

—Taemin San, mi querido discípulo, hoy te enseñaré a declamar poemas que celebren la belleza de la naturaleza, aprovechando tu interés en esta. Presta atención a cada detalle, ya que cada gesto y movimiento deben fluir en armonía con las palabras que pronuncies. —dijo Aki, mientras ajustaba la posición del tambor en sus manos.

Taemin asintió con emoción, sus ojos brillaban con anticipación. Con gran respeto, se puso de pie frente a su sensei, adoptando una postura elegante y ligeramente inclinada.

—Primero, debes sentir la brisa suave que acaricia tu piel, como las caricias que reciben  las hojas de los cerezos ante el suave toque del viento.  —Instruyó Aki. Luego sus manos comenzaron a moverse con gracia y Taemin le imitó, extendiendo sus brazos y dejando que sus dedos se mecieran en el aire como las ramas de los árboles.

—Tus pies deben estar firmes en el suelo, siente a la madre tierra. Siente su energía ascendiendo a través de tus piernas, como las raíces profundas de los cedros. —continuó Aki. Taemin ajustó su postura, sintiendo la tierra bajo sus pies como un lazo invisible que lo unía a la naturaleza circundante.

Aki, tocó su tambor con suaves golpes, marcando el ritmo de las palabras que aún no habían sido pronunciadas. —Ahora, Taemin San, entona las palabras con suavidad, como el canto distante de los ruiseñores al amanecer.

Taemin tomó una profunda inhalación y comenzó a recitar el poema con una voz clara y dulce, siguiendo los movimientos de su sensei con una sincronización asombrosa. Cada palabra fluía como un río tranquilo, y sus gestos parecían danzar entrelazados con las emociones que el poema evocaba.

"Tum...Tum...Tum...Tum..."  —Aki, le mostro un papel con un poema escrito para que lo leyera. 

—"Bajo el sol brillante, la primavera es tiempo de alegría, de colores y fragancias. Los pájaros en su plenitud cantan, anunciando la vida en su mejor flor. En los árboles yacen nidos secretos, donde el amor y la vida se anidan, Y en cada rincón, en cada recoveco, la naturaleza nos muestra el amor". —Taemin declamaba con inigualable pasión. 

DESBORDADA PASIÓN. 🔞 (2MIN)🌈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora