十.ADIOS, SENSEI AKI.

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AÑO 1329, ISLA DEL SOL NACIENTE. JAPÓN.

 El resplandor tenue de las farolas de papel dentro de la encantadora casa de té disipaba la oscuridad de la noche con un brillo celestial. Eran días festivos, por lo que la clientela se había ausentado, concediendo así al lugar una atmósfera de profunda serenidad. El silencio reinaba, mientras que sus habitantes se recogían en sus aposentos privados, entregándose a la paz y la contemplación de este lugar especial.

Pero de pronto todo cambio, la tranquilidad y serenidad fueron irrumpidas abruptamente, un golpe fuerte avisó que algo había sido roto, se escucharon murmullos y palabras ofensivas que enseguida se convirtieron en gritos autoritarios. La habitación de Taemin paso de la calma a un caos absoluto.  

 El rostro de Taemin se iluminó con el fulgor del horror cuando aquellos invasores armados entraron en su cuarto, violando su privacidad con la misma brutalidad con la que habían destrozado la puerta. Sus ojos, inmaculados e ignorantes, se llenaron de angustia, mientras su mente luchaba por comprender la pesadilla que se desplegaba frente a él. Los militares, con sus rostros imperturbables, lo apresaron en un momento de sorpresa y temor, y en ese preciso instante, cuando el mundo que Taemin conocía se desmoronó, y un oscuro abismo se abrió ante él.

—¿Qué está pasando? ¡Suéltenme!. —Gritó Taemin, mientras luchaba por liberarse de sus agresores. Pero los militares parecían estar siguiendo órdenes exactas.

—¡Eres un impuro!. El Emperador ha ordenado, que todos los de tu clase deben ser encarcelados.  —escupió uno de los soldados al momento que lo sujetaba con autoridad.

El corazón de Taemin latía con fuerza mientras trataba de entender lo que estaba sucediendo. Había oído hablar de las órdenes del Emperador sobre la persecución de los impuros, pero nunca pensó que él sería uno de ellos. Sus gritos desgarradores alertaron a su Sensei, Aki, quien dormía en la habitación contigua.

Este se despertó de inmediato al escuchar los gritos de Taemin y corrió hacia la habitación de su sobrino. La escena que presenció lo dejó sin aliento. Los militares estaban agrediendo a Taemin de manera brutal, y Aki no pudo contener su ira.

—¡Suéltenlo! —gritó Aki, mientras avanzaba hacia los soldados, tratando de proteger a Taemin. Sin embargo, su valentía resultó en una tragedia inimaginable. Uno de los militares sacó una espada y la hundió en el corazón de Aki. El Taikomochi cayó al suelo, con la vida abandonándolo rápidamente. —¡AGHHHHH, MALDItosss!. —fue lo único que pudo pronunciar Aki. Su sangre comenzó a brotar haciendo un camino espeso y rojo en las duelas de madera.

Taemin, al ver lo que le habían hecho a su amado tío, gritó con desesperación. Lágrimas brotaron de sus ojos mientras pataleaba y forcejeaba con todas sus fuerzas. Logró zafarse de las manos de los militares y se arrojó sobre el cuerpo ya inerte y sin vida de Aki. Agarró los hombros de su amado Sensei y lo sacudió, como si con su desesperación pudiera traerlo de vuelta. Todo era en vano.

—¡Sensei Aki, por favor, despierta! ¡Abre los ojos! ¡No me dejes solo!. —suplicó Taemin en un tono desgarrador, pero todo fue inútil. Aki había partido a la eternidad.

—¡Tío, no me abandones tú también!, ¡no lo hagas!. —La escena era desgarradora. El destino nuevamente estaba siendo cruel e implacable con él, quien su único pecado era ser hijo de dos seres de razas distintas. En ese momento de nada valía que sus padres hubieran decidido engendrarlo con tanto amor, creyendo que eso bastaría para que Taemin fuese aceptado en esa sociedad ignorante y carente de toda benevolencia. 

Los militares, enfurecidos por la resistencia de Taemin, lo atraparon de nuevo. Lo inmovilizaron con fuerza. Finalmente, lo arrastraron fuera de la habitación. Taemin, miraba hacia atrás mientras las lágrimas caían por su rostro niveo, viendo el cuerpo de Aki que yacía  en el piso ensangrentado, su kimono estaba manchado de su misma sangre.

DESBORDADA PASIÓN. 🔞 (2MIN)🌈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora