DESBORDADA PASIÓN. 🔞 (2MIN)🌈

三十二.EL PERDÓN.

AÑO 1336. GANGHWA,GORYEA.

La atmósfera se volvía tensa bajo el cielo encapotado del reino Ganghwa, donde los muros del palacio de Wang Lee Jinki resplandecían en un blanco inmaculado. El guardia real, firme como una estatua, sostenía su posición frente a la carreta que llevaba a Hoshi, Heechul y Taemin. Las palabras de negación resonaban en el aire cargado de expectación.

Hoshi, con su porte militar y ojos penetrantes, no estaba dispuesto a ceder terreno. Su voz resonó, grave y autoritaria, al enfrentarse al guardia. —Será mejor que rectifiques tu tono de amenaza. Dentro de la carreta viene el hijo de la princesa Woo.  —El guardia, en su arrogancia, esbozó una sonrisa burlona, desafiante ante la supuesta revelación.

—No me digas, —replicó con cinismo.  —La princesa no tiene hijos, ella vive lejos de aquí en un templo dedicado a la caridad de los más necesitados. —Las palabras del guardia eran como flechas afiladas, dispuestas a derribar la credibilidad de los visitantes. Hoshi, imperturbable, advirtió sobre las consecuencias de sus dichos, invocando la intervención de los soldados reales.

En ese tenso momento, Heechul emergió de la carreta con determinación, dispuesto a desentrañar el enigma. —No nos vamos a ir. Tenemos que hablar con el Wang Jinki. —Su mirada se volcó hacia Taemin, urgente. —Tae, dame el anillo.  —Con nerviosismo, Taemin extrajo el anillo de su dedo y se lo entregó a Heechul, quien, con un gesto certero, lo presentó al guardia real.

Heechul declaró con firmeza. — Este se lo dio al guardia real. —Tómalo y llévalo ante tu Wang. Dile que su nieto Satoh Taemin quiere verle. Aquí vamos a esperar hasta que nos reciba.  —El guardia, momentáneamente perplejo, procesaba la información. La trama se espesaba con cada palabra pronunciada.

Otro guardia se aproximó, inquieto por la conmoción. —¿Qué sucede aquí? ¿Por qué alzas la voz?.  —Hoshi, sin titubear, expresó su demanda. —Queremos hablar con el Wang.  —La respuesta del guardia fue una negación rotunda. —Eso es imposible, lárguense. —Sin embargo, la situación dio un giro cuando el guardia principal intervino.

—Espera, ellos traen consigo el anillo real, —señaló el mismo guardia al recién llegado. — Dicen que quien viene dentro de la carreta es hijo de la princesa Woo. —La duda se apoderó del segundo guardia, pero el primero persistía en su escepticismo. —Eso es imposible. —Lo mismo les he dicho, pero no se irán hasta obtener una respuesta del Wang Jinki. —Con determinación, el guardia tomó el anillo, emitiendo una advertencia final. — Ustedes no se muevan de aquí. Si es una trampa para algo malvado, los colgaremos por mentirosos y por tratar de hacerle algo indebido a nuestro Wang.  —Las sombras del misterio se proyectaban sobre el grupo, y la espera se tornaba más inquietante.

Dentro de las majestuosas paredes del palacio real, el distinguido Wang Jinki impartía órdenes a uno de sus leales súbditos. De repente, el guardia real, con una reverencia respetuosa, solicitó permiso para ingresar al salón principal.

—Mi Wang, disculpe mi atrevimiento, pero hay unos hombres que insisten en hablar con usted. No cuentan con su autorización previa, como establecen las reglas  —expresó el guardia con un tono de aprensión. El rostro del Wang Jinki reflejó cierta molestia, ya que evitaba el contacto con personas desconocidas y mantenía estrictas normas sobre las visitas sin previa citación.

—No me interesa verlos. Diles que se marchen  —respondió el Wang con palabras tajantes y firmes. El guardia comprendió que la decisión era irrevocable, pero intuyó que podría haber algo importante en juego.

—Mi Wang, nuevamente le pido disculpas, pero si me lo permite, me gustaría que viera este anillo que han traído esos hombres  —solicitó el guardia, levantando su mano y mostrando a distancia el anillo real que sostenía entre el pulgar e índice. El Wang Jinki quedó petrificado al reconocer la preciada joya, sintiendo un agudo dolor en el pecho. Un sirviente real se apresuró a ayudarle al notar que su señor estaba a punto de desvanecerse.