十四.¿ENAMORADO, OTRA VEZ?

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  El palacio de Gangneung, adornado con la elegancia de siglos de tradición, se encontraba inmerso en un bullicio de algarabía. La esplendidez en honor al valeroso Wangja Minho, se veía por doquier. El salón principal, donde se celebraba la recepción, estaba empapado en opulencia.  Adornado con paneles de seda y papel de arroz, iluminado por lámparas de aceite de fragancia suave que arrojaban una luz dorada y cálida sobre los invitados.

 Los muebles de madera pulida estaban finamente tallados con fascinantes diseños. Las mesas del banquete estaban abarrotadas de manjares exquisitos, desde platos de cerámica de celadón con kimchi y banchan, hasta exquisitos jangjorim y suculentas porciones de bulgogi. El aroma de las especias y las hierbas flotaba en el aire, mezclándose con el suave susurro de la música de la corte, interpretada por hábiles músicos que tocaban instrumentos tradicionales.

Los nobis*, vestidos con impecables atuendos para ceremonias, servían vino de arroz en copas de porcelana finamente decoradas, con reverencia y gracia. Las risas y las conversaciones llenaban el salón. Los nobles se vanagloriaban por la victoria del Wangja Minho, mientras otros brindaban por la paz y la prosperidad de Goryea.

Minho, con sus rasgos distinguidos y su presencia imponente, era el centro de atención de todas las mujeres presentes. Sabían que el Wang deseaba que su hijo encontrara una esposa adecuada y asegurara la continuidad de la línea real. Sin embargo, el Wangja Minho no estaba dispuesto a dar ese paso tan importante en su vida. Era un hombre joven, apuesto y aparentemente sin ataduras sentimentales. Quería seguir disfrutando de su juventud, de su libertad y de sus numerosas conquistas amorosas. No estaba listo para comprometerse con nadie, incluso si eso significaba tener que asumir la responsabilidad de gobernar la nación en un futuro cercano.

 El Wangja Minho descendió por las escaleras con su estilo natural, sus ojos oscuros destellaban misterio, atrapando como siempre la atención de todos los presentes. Era un príncipe en su forma más pura. Taemin quien ya se encontraba presente entre los invitados, no podía evitar sentirse cautivado por su carisma.

A medida que avanzaba la recepción, Heechul, decidió elevar la elegancia del evento y propuso una idea inesperada: que Taemin, declamara uno de sus poemas. La razón detrás de esta propuesta era con la intención de ayudar a Taemin a superar su timidez y destacar su potencial, en un intento de hacer que dejara de ser un simple nobi*. Heechul sabía perfectamente que Taemin había sido Taikomochi, pero eso no lo podían decir a nadie. Pondría en peligro su integridad.

La propuesta de Heechul tomó a Taemin por sorpresa, lo que se reflejó en su expresión tensa. Inicialmente, rechazó la idea, sintiendo la presión de tener que actuar frente a los demás invitados.  —No, yo no podría. —susurró Taemin. —Sin embargo, la situación cambió cuando uno de los músicos presentes se acercó a Taemin y con una legera sonrisa le ofreció el respaldo de sus instrumentos para acompañarlo durante su actuación. Esta oferta inesperada, combinada con los rostros incrédulos de los demás asistentes, desencadenó una chispa en Taemin.

Decidió dar un paso adelante y aceptar el desafío. Les demostraría de lo que era capaz, y aprovechar la oportunidad para demostrar que él era un hombre preparado. Con valentía, comenzó a declamar un hermoso poema centrado en el tema de la naturaleza. Mientras lo hacía, sus manos y su cuerpo se movían con gracia y elegancia, agregando un componente visual impresionante a su actuación. Los presentes quedaron cautivados por la mezcla de sus palabras y sus movimientos, creando un ambiente mágico en la recepción.

"En la montaña, el viento canta, los ríos murmuran, danza la flor. Naturaleza, belleza encantadora, Goryea*, joya de esplendor. Bajo el sol dorado, danzan las flores, entre montañas altas y blancas, susurra el viento..."

DESBORDADA PASIÓN. 🔞 (2MIN)🌈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora