Taemin, después de una noche inquieta llena de sueños húmedos que lo llenaban de culpa, decidió que debía ir al Templo para lavar sus pecados. Como era su costumbre, se dirigiría al lugar sagrado para buscar el perdón de Buda y liberarse de la angustia que sentía, en particular por sus pensamientos impuros sobre el Wangja Minho. Taemin no podía dejar de pensar en él de manera inapropiada. Así que, decidido a limpiar su alma, se fue hacia el Templo.
Antes de partir, Taemin se acercó Heechul Nim*, y le pidió permiso para ausentarse en el día. Le explicó que iba a orar por su madre y su tío Aki, pero omitió mencionar la verdadera razón detrás de su ida al Templo. Heechul siempre comprensivo y amable, aceptó la excusa de Taemin y le deseó un viaje seguro. Aunque Taemin tenía una relación cercana con su señor, aún no se sentía lo suficientemente cómodo como para compartir sus pensamientos más íntimos.
Kkongie, su pequeña gatita, sería su única compañía en el camino. Primero pasó por la plaza principal, en donde compró unos panecillos de arroz para comer durante el viaje. Poco a poco y conforme caminaba fue adentrándose en un extenso bosque que debía cruzar para llegar al Templo. Mientras caminaba por el exuberante paisaje, se maravillaba ante la belleza de la naturaleza que lo rodeaba: un sereno río que serpenteaba entre los árboles gigantes y el canto de los pájaros que llenaba el aire.
—¡Oh, mira, Kkongie, todo esto es hermoso! —Taemin le hablaba con ternura.
De repente, la gatita saltó de sus brazos y comenzó a correr tras algo en el bosque. Taemin, preocupado por su pequeña amiga peluda, la persiguió a toda prisa.
—Kkongie, ven aquí, no te vayas. —gritó Taemin, mientras la perseguía entre los árboles. Pero la gatita parecía decidida a seguir lo que había llamado su atención, y decidió adentrarse aún más en el espeso bosque. Taemin siguió corriendo detrás de ella, sin darse cuenta de que se estaba alejando cada vez más del camino.
Finalmente, Kkongie se detuvo frente a un enorme árbol hueco y se metió en él. Taemin se inclinó y se esforzó por alcanzar a su traviesa mascota. —Eres una traviesa, no es momento para jugar Kkong. Necesitamos llegar al Templo antes del medio día. —le reprimió juguetonamente.
Pero en ese momento, una voz familiar lo hizo saltar del susto. —¿Qué crees que estás haciendo?.
"¡Ahhh!" —exclamó Taemin, su corazón latía con fuerza. Era el Wangja Minho, el noble del reino. El Wangja sostenía en su mano una espada impresionante, y su mirada era fría y distante.
—No te muevas. —le advirtió Minho, apuntando con su espada hacia Taemin. Este último estaba congelado de miedo, sin comprender cómo había llegado a esa situación. Minho sonaba áspero, y la perspectiva de enfrentarse a él era aterradora.
Taemin observó con pánico cómo la espada de Minho descendía hacia él. Cerró los ojos con fuerza y preparándose para el impacto, agachó la cabeza. Lo último que escuchó fue el sonido metálico de un golpe.
"ZOC"
Luego, todo se volvió negro para Taemin.
Cuando Taemin finalmente recobró el conocimiento, la voz de Minho lo llamaba descuidadamente.
—Oye, despierta. ¿Te encuentras bien? —dijo Minho con hosquedad en su voz.
Taemin abrió los ojos lentamente. Estaba desorientado y confundido. No entendía lo que había sucedido. —¿Qué me pasó? —preguntó en un susurro, tratando de recordar.
Minho le explicó. —Te desmayaste.
A medida que su memoria regresaba, Taemin se tocó el cuerpo y exhaló aliviado al no encontrar heridas.
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DESBORDADA PASIÓN. 🔞 (2MIN)🌈
FanfictionSatoh Taemin, discriminado por ser de raza impura, un injerto. Su existencia fue la mezcla de dos mundos. Una amalgama de culturas de dos naciones en conflicto. Una la noble tierra de Goryeo*(Corea) y la otra la ancestral Isla del sol naciente (Japó...