八.LO LOGRÉ.

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MESES MÁS TARDE.

ISLA DEL SOL NACIENTE (JAPÓN).

ALDEA GOKAYAMA.

El día había amanecido radiante, con un sol resplandeciente que bañaba la aldea en un manto dorado. Era el día tan esperado por Taemin, su decimosexto cumpleaños. Desde temprano, los nervios y la emoción se agolpaban en su corazón mientras se preparaba para la celebración que se llevaría a cabo en un lugar especial: En el salón principal de la casa de té.

La señora Ima, había decidido festejar este día con una comida tradicional japonesa que incluía todos los platos favoritos de Taemin. El aroma tentador de pan de arroz recién horneado llenaba la casa. Los invitados al festejo sólo eran los Taikomochis que vivían en la casa, aportando una atmósfera de alegría y camaradería. Todos ahí querían a Taemin.

El kokatsu* (mesa) tenía arreglos florales delicados, creando un ambiente sereno y acogedor. Los platos comenzaron a llegar, dispuestos de manera artística, como si cada uno fuera una obra de arte culinaria. Taemin se sentía importante,  los Tanaka deseaban que ese día fuera un recuerdo imborrable.

El momento más sentimental de la celebración llegó cuando su Sensei Aki,  se acercó a Taemin con un regalo envuelto en seda. Con una sonrisa cálida, le obsequió un hermoso kimono, bordado con intrincados diseños que parecían contar historias antiguas. Taemin acarició la tela con admiración y agradeció a su Sensei por la generosidad. Sabía que este kimono sería una prenda que atesoraría toda su vida.

—Es para que mañana lo uses con tu primer cliente. Te va a dar suerte, ya lo verás Taemin San. —mencionó Aki. —Taemin le agradeció con una gran reverencia.

Taro, le entregó un tambor con una envoltura de piel cuidadosamente trabajada. —Con este podrás interpretar tus mejores cantos. —nuevamente Taemin hizo una reverencia.  

Koji, se acercó a Taemin con una caja pequeña en sus manos. Con una mirada traviesa en los ojos, la abrió, era un maquillaje blanco de apariencia exquisita. Taemin se quedó boquiabierto al saber que estaba hecho a base de excremento de ruiseñor, un ingrediente extraño pero valioso en la tradición japonesa. Koji le guiñó un ojo y le explicó que este maquillaje era para ocasiones muy especiales. Taemin se avergonzó, recordando la noche en la que vio al mismo Koji siendo acariciado por un hombre. Parecía ser que Koji siempre había sabido que el lo estuvo observando. 

Taemin se sonrojó al darse cuenta de esa situación. —Koji...yo...lo siento, nunca fue mi intención verte. –No te preocupes a veces pasa, pero agradezco tu discresión y silencio. –reconoció Koji. Sabes que eso no debe ser. Pero a veces eso es irremediable. —señaló Koji con cierta coquetería.

 Yasu, entregó a Taemin un par de palillos para el cabello bellamente esculpidos y pintados a mano. Eran una obra maestra de la artesanía japonesa, con detalles muy elegantes. —Muchas gracias, están hermosos. Mi cabello lucirá increible con ellos.

Los demás Taikomochis,  también llevaron obsequios pensados con cariño. Cada regalo reflejaba la personalidad y los gustos de quienes los habían elegido. Taemin se sintió abrumado por el cariño que le demostraron en este su día.

Por último, el señor Naoko, le entregó una tetera de porcelana fina y un incensario tallado con elegancia. Le explicó que estos objetos habían estado en su familia durante generaciones y que era hora de que encontraran un nuevo hogar en manos de él. Taemin sintió una profunda emoción, y prometió al señor Naoko, usar estos objetos con el mismo cuidado y respeto que habían sido tratados durante siglos.

—Nunca tuvimos hijos Taemin, pero tu has estado con nosotros desde siempre, así que es como si lo fueras. —habló el señor Naoko, agarrando de la mano a su esposa. —Usted y la señora Ima, y todos aquí en la casa han sido mi familia. Gracias por todo.  —declaró emocionado Taemin, lágrimas de felicidad rodaban por sus blancas mejillas.

DESBORDADA PASIÓN. 🔞 (2MIN)🌈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora