二十. PESADILLAS.

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La plaza principal de Gangneung estaba llena de gente agitada y ansiosa, esperando el paso de la comitiva real. Los murmullos de la multitud se mezclaban con la música festiva que resonaba en el aire, creando una atmósfera de anticipación y emoción. Kim Heechul, con su exuberante personalidad, estaba completamente inmerso en la celebración, saltando y gritando con entusiasmo, mientras Taemin, a su lado, luchaba por contener su pesar.

Heechul señalaba emocionado hacia los carruajes fastuosamente adornados y los caballos vestidos con elegancia. Taemin, por otro lado, solo podía ver un desfile de opulencia que le recordaba la amarga realidad que estaba viviendo. A pesar de la magnificencia que le rodeaba, la tormenta en su corazón eclipsaba cualquier alegría superficial.

—¡Taemin, mira esos caballos! ¡Y los carruajes son simplemente divinos! —exclamó Heechul, atrapando a Taemin en su bulliciosa efusividad.

Taemin asintió con una sonrisa forzada, tratando de ocultar la profunda incomodidad que sentía. No quería estar allí, no quería ser testigo de la grandiosidad que rodeaba el compromiso de la princesa Ji-Ho y el Primer Wangja Minho. Cada paso de los caballos resonaba en su pecho como un recordatorio cruel de lo que estaba a punto de perder.

—Nim Heechul, ya vi todo, no necesita pellizcar mi brazo. —Taemin trató de liberarse del agarre entusiasta de su señor, y aunque Heechul estaba demasiado absorto en el evento notó la poca efusividad que mostraba su Nobi.

—Parece que estás en otro lugar. ¿No te emociona que nuestro Wangja Minho se case? —preguntó Heechul, clavando sus ojos expectantes en Taemin, quien tragó saliva antes de responder.

—Sí. —Fue la única palabra que Taemin pudo articular. La mentira se atascó en su garganta, pero no podía revelar la verdad. No podía decirle a Heechul que el matrimonio del Wangja Minho le destrozaba por dentro, porque Minho era el amor de su vida, y muy pronto sería su amante secreto.

Mientras la comitiva real se acercaba, Taemin deseaba desesperadamente que todo terminara. Su corazón latía con fuerza, y sentía una opresión en el pecho. Anhelaba escapar, encontrar un rincón oscuro donde pudiera liberar las lágrimas que amenazaban con desbordarse. Pero Heechul, ajeno a la tormenta interna de Taemin, seguía señalando y celebrando como si estuviera en la fiesta más grandiosa de su vida.

El carruaje más grande se acercaba lentamente, llevando a la princesa Ji-Ho y a su padre, el respetado Wang Dong-Ho. La multitud estalló en vítores, y todos los presentes agitaban flores como gesto de bienvenida y alegría. Taemin, sin embargo, sentía que cada pétalo arrojado era un recordatorio de su propia desdicha.

—¡Mira, Taemin, la princesa Ji-Ho! ¡Qué hermosa es! —exclamó Heechul, agitando su ramo de flores con entusiasmo.

Taemin asintió mecánicamente, sus ojos fijos en la princesa que se deslizaba elegantemente en el carruaje. Ella era realmente hermosa, pero su belleza sólo resaltaba la oscura sombra que se cernía sobre Taemin. El hombre al que amaba se casaría con otra, y él estaba condenado a presenciarlo en medio de esta fastuosa celebración.

La procesión continuó, y el peso en el pecho de Taemin se intensificaba con cada segundo. Miró de reojo a Heechul, preguntándose si alguna vez podría confesarle la verdad. Pero el miedo a perder todo, y la vergüenza de su situación le paralizaban.

Finalmente, cuando la comitiva real desapareció en la distancia, Heechul se volvió hacia Taemin con una sonrisa radiante.

—¡Fue increíble, Taemin! ¿No estás emocionado por nuestro Wangja Minho y la futura reina?

Taemin forzó otra sonrisa y asintió, aunque su corazón se sentía como un campo de batalla desgarrado. Quería huir, encontrar un lugar solitario donde pudiera desahogar el dolor que lo consumía.

DESBORDADA PASIÓN. 🔞 (2MIN)🌈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora