Luffy x lectora | ❝¿Acaso existe algo más valioso que tus sueños?❞
Nuestra palabra y nuestros actos nos acaban definiendo como personas. La voz es lo único que nadie puede quitarnos, pero la perdemos poco a poco cuando hacemos promesas que sabemos q...
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—Ahora es mi turno.
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Mire arriba notando a Zoro entrenar, estaba aprovechando que le tocaba vigilancia.
—Bien —oí a Luffy quien termino por cerrar la puerta con una sonrisa al adentrarnos a su camarote.
—¿Quieres que te lea algo? —pregunté mirando los libros de su estante.
—Eso me encantaría —dejo el bol en su mesa de noche y se subió a la cama saltando —Del mentiroso Noland —asentí y me incliné un poco para alcanzar el libro.
—De Noland será —le mostré el libro.
Se detuvo y sonrió para después saltar una vez más cayendo sentado. Me señaló la parte vacía de su cama y sonreí, me acerqué sentándome a su lado. Luffy se acomodó y puso su cabeza en mi regazo, reí un poco y le acaricié el cabello notando como cerraba los ojos disfrutando de mi toque con una sonrisa.
Agarre el bol y lo coloque en su barriga para poder comer ambos mientras leía.
Aclare la garganta y abrí el libro empezando a leer mientras él escuchaba. En momentos reía o comentaba en algunos sucesos de la historia mientras yo le explicaba en ocasiones algunos puntos para que entienda bien los sucesos.
—Y terminamos de leer Usopp el- no, digo, Noland —cerré el libro y reímos por lo dije —Ya, ya, pongamos serios —traté de ponerme seria, pero tan solo un segundo después volvimos a reír. Lleve mi dedo índice a mis labios —Están durmiendo Luffy —sonrió aun riendo un poco y asintió —Pon por favor esto en la mesa de noche —le di el bol ya vacio y asintió.
Me levanté y agarre de nuevo el libro poniéndolo en su lugar, sabía que si lo dejaba en la mesa de noche se iba a quedar ahí hasta que vuelva a esta habitación y lo ponga yo misma.
—________.
—¿Sí? —me incliné y puse el libro donde estaba anteriormente.
—... ________ —ladee la cabeza confundida y me levante, voltee para verlo, pero volví a mirar los libros cuando me abrazo por la espalda.
Reí un poco inclinándome para adelante cuando me hizo cosquillas y se detuvo, gire para verlo y bese su mejilla haciendo que sonreía más.
—¿Qué tramas? —pregunte y movió un poco su cabeza.
—Nada —me apoyé en su hombro y paso saliva.
—¿Seguro? —asintió y me puse nerviosa cuando intensifico el agarre en mi cintura.
—... ¿sí? —lo divise y giro su cabeza para también observarme, intercambiamos miradas y después de unos segundos abrí los ojos sorprendida cuando me beso.
