Luffy x lectora | ❝¿Acaso existe algo más valioso que tus sueños?❞
Nuestra palabra y nuestros actos nos acaban definiendo como personas. La voz es lo único que nadie puede quitarnos, pero la perdemos poco a poco cuando hacemos promesas que sabemos q...
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—¡Luffy es el hombre que se convertirá en el Rey de los Piratas!
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Corrí cubriendo mi pierna con un campo.
Ya sabíamos como funcionaba por el momento su fruta, repelaba.
Mire como Sanji también saltaba y los dos pateamos en el rostro al Shichibukai para evitar que Zoro salga lastimado al recibir un golpe directo.
Apreté los dientes y vislumbré como mi campo se rompían.
Ignorando los gritos de celebración de los demás, Sanji y yo agarramos nuestras piernas y caímos sintiendo un gran dolor.
Chille retorciéndome de dolor mientras Sanji trataba de contener los suyos.
—Kuroashi no Sanji y Kaze no megami no ________, así que son ustedes.
—¿A qué se debe su dureza? —formulé apretando los dientes.
—¿Tiene la cara hecha de acero? —pregunto Sanji en las mismas condiciones.
—Rey de los tiradores —habló mirando el ataque de Usopp que fácilmente repelo —Qué extraño apodo.
Me senté y miré a Kuma con la respiración entrecortada.
¿Qué podía hacer?
Ya no tenía demasiada energía para hacerle frente a otro Shichibukai.
—No resulta divertido hacerlos desaparecer si están tan debilitados. Pero el Gobierno me ha ordenado eliminarlos a todos.
Vislumbre como levantaba las manos y comprendía el aire reduciéndolo de a pocos.
Abrí los ojos y me levanté con dificultad.
—Está haciendo una bomba —murmure recordando como al inicio creaba mis propias bombas, pero con el tiempo llegue a perfeccionarlos que en un segundo ya los podía crear con facilidad, si tenía energía, claro.
Zoro y Sanji apretaron los dientes por lo que dije y miraron fijamente a Kuma. Ya lo había reducido mientras lo moldeaba en su mano.
—Les perdonaré la vida... pero a cambio... quiero que me traigan la cabeza de Mugiwara no Luffy —desvíe la mirada —Si la consiguen, el Gobierno Mundial hará la vista gorda.
—¿Traicionar a nuestro nakama...?
—¿A nuestro Capitán?
—Vamos, entréguenmela —me apareció una vena en la frente y lo miré con rabia.
—¡¡OLVIDALO!!
—Qué pena.
Soltó la bomba y me acerqué rodeándola en varios campos para después patearla al cielo de inmediato.
