Luffy x lectora | ❝¿Acaso existe algo más valioso que tus sueños?❞
Nuestra palabra y nuestros actos nos acaban definiendo como personas. La voz es lo único que nadie puede quitarnos, pero la perdemos poco a poco cuando hacemos promesas que sabemos q...
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—Vamos, no nos vimos en 4 horas ¿Qué tal si te pones un poco más feliz?
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—¿Estás bien? —pregunté acercándome a Robin.
Ya habíamos subido, gracias a mi fruta pude subirlos sin que sean dañados en el proceso, pero al ser de gran magnitud gasto la mitad de la energía que había recuperado cuando salí de la serpiente.
—Puede que sea obra de Enel —formulé también levantando la mirada —Son nubes de tormenta, al poder manipular la electricidad, él puede lanzar una descarga ocasionando que destruya todo a su paso.
—Entiendo.
Yume wo kanaeru tame no namida naraba. (Si son las lágrimas las que hacen realidad tu sueño)
Oshikuwanai precious in my life. (Jamás me arrepentiré de lo más precioso en mi vida)
Me acerqué a Fall murmurando una canción y lo llevé al lado de los demás. Me senté en la nube y miré a mi derecha, fruncí el ceño al ver un arca acercarse pasando delante de nosotros.
—Un arca... Dios Enel... —hice una mueca al escucharla.
Mire el arca, estaba indecisa si ir para ver que estaba pasando, pero a la vez no quería ver a Enel.
—¡Luffy! —escuché a Nami y me levante —¡LUFFY! —mire a Robin.
—Cuídalos —dije refiriéndome a los que estaban heridos, asintió.
Corrí al ver a Luffy caer del arca, una de sus manos estaba adentro de una bola de oro ¿Qué había pasado?
—¡MALDICIÓN!
Salte y me acerqué a él.
—¡________! —me miro.
—¡________! ¡Luffy! —Aisa se estaba acercando con Pierre quien la cargaba en su espalda.
Mire arriba cuando escuche truenos, Enel nos estaba mirando sonriendo burlonamente.
—Mierda —murmure y observe preocupada a Aisa y Pierre.
—¡ENEL! —grito Luffy.
Agarre a Pierre y Luffy atrayéndolos a mí.
—¡El juicio de Dios! —exclamo Enel —¡El Thor!
—¡Hikōjō!—cree un campo protegiéndonos del ataque.
Baje rápido para llegar al suelo, y una vez cerca me detuve deshaciendo el campo.
