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Cuando papá decidió que era hora de que me hiciera cargo de la empresa, no me sentía con la confianza suficiente para tomar este puesto tan importante. Después de muchas posibilidades y de muchas conversaciones profundas con papá y con Arthur, mi hermano. Lograron convencerme de que era lo mejor para todos y para el futuro de la tequilera, Arthur no quiso tomar el puesto porque es consiente de que en muchas ocasiones es un poco irresponsable y más que nada que no tiene la paciencia para tratar con los socios que de vez en cuando suelen ser unos "incompetentes".

Llevó ejerciendo mis conocimientos y mi poder un año, un año que puede parecer poco pero para mi es un gran logro por todo el esfuerzo físico y psicológico que conllevan tales responsabilidades. Tres meses después de que papá dejo la empresa en mis manos decidió que era momento de disfrutar un poco de la vida a lado de la persona que le soporto tantas ausencias, tantos sacrificios, tantas peleas, tanto dolor. Esa mujer que a pesar de todos los obstáculos que se le pusieron enfrente lucho por mantener su matrimonio a flote y ahora después de treinta años de constante lucha puede ver los frutos de su esposo trabajador, que construyó un imperio desde cero, desde los cimientos y ahora pueden tener una vida realmente cómoda y tranquila. Mi madre que sin ser participe real de la tequilera fue parte fundamental con el apoyo y amor que le profesa a papá, nunca se rindió y su amor es tan real que puedo asegurar que nunca hubo una sola infidelidad por ninguno de ellos. Y estoy tan segura de eso porque ambos me lo ha dicho, que encuentre a la persona indicada que me sea fiel en los buenos pero sobre todo en los peores momentos, porque cualquiera puede prometer amarte incondicionalmente pero pocos son aquellos capaces de cumplirlo.

Mi madre es la mejor del mundo y no lo digo por que sea mi madre, sino porque realmente lo es. Cuidó de Arthur y de mi, sin reclamarle nada a papá por no siempre estar en momentos importantes para nosotros, ella nos decía que era porque estaba construyendo un mejor futuro para nosotros y no porque no nos quisiera. En los pocos tiempos libres que lograba tener con nosotros era tiempo de completa calidad, jugaba con nosotros, nos daba el amor que quizá otros padres no demostraban y cuando era posible nos regalaba juguetes. Mamá siempre se esforzaba para que no nos hiciera tanta falta papá y lo logro, nos hizo entender que todo lo que hacía era por y para nuestro bien. Gracias a ella y sus contantes esfuerzos papá comenzó a estar más tiempo con nosotros sin descuidar su creciente empresa.

Cuando nos mudamos a la ciudad fue un cambio radical para Arthur y para mi, fue difícil adaptarnos a los contestes movimientos y la gran actividad de la ciudad. Veníamos de vivir en un lugar que era completamente tranquilo y cotidiano, mamá fue la encargada de que aceptaramos este cambio y fue duro al inicio pero aceptamos de buena forma este nuevo lugar. En el campo en donde la escuela era relativamente pequeña podía cuidarme sin muchos inconvenientes, pero al llegar a la ciudad a una escuela que para nosotros era como diez veces más grande fue complicado estar al pendiente de mi todo el tiempo. Lo intento pero no siempre lo consiguió, muchas veces fui objeto de las burlas de mis compañeros de clase y de algunos más grandes también, creo que ese fue un detonante para su poca paciencia.

Arthur es… no estoy segura del término; tal vez sea mi gemelo o como otros lo conocen mi mellizo, recién cumplimos veintisiete y cuando nuestros padres se enteraron que éramos dos fueron los más felices, dos varones que tomarían las riendas de la empresa, pero después de un par de años mi crecimiento no era el mismo que el de mi hermano, estuve en varios hospitales y muchos análisis donde grande fue la sorpresa de que en realidad yo era una niña con miembro masculino por tal motivo él se convirtió en mi más grande protector. Mientras crecimos fuimos muy parecidos con la única diferencia de que él se veía más grande y fuerte, yo por otro lado parecía débil y pequeña, hasta que llego la adolescencia y fue donde nuestros parecidos fueron eliminados, él mide aproximadamente 1.80 y yo 1.73, soy como su versión en mujer; ambos tenemos los ojos verdes, el pelo negro y la piel un poco pálida. Hace más de cuatro años decidí cortarme el pelo y desde entonces lo uso así, soy de senos pequeños y hasta pareciera que no tengo, me identifico plenamente como mujer y es así como siempre me he sentido. La gente que no nos conoce y nos ve juntos suelen decir que somos una muy linda pareja.

—¿Ya desde temprano estás de holgazana? —y ese era Arthur, haciendo su aparición diaria a mi oficina.

—La verdad es que si, tuve mala noche y no dormí bien. —me levante del sofá donde intentaba tomar una sienta pero estaba siendo imposible. —¿Como te fue con la distribución?

—Excelente, las grandes tiendas aprecian la puntualidad, los pequeños bares y los grandes antros solicitaron más mercancía. —dijo entregándome el informe. —Parece que nuestra publicidad esta funcionando. —asentí mientras revisaba el inventario. —¿Segura que estas bien? —negué ante su pregunta. —¿Ahora que es?

—Lo mismo de siempre, Alice. —mi supuesta novia. Supuesta porque no somos nada, ella trabajó un tiempo con nosotros pero luego de unos meses donde intentó por todos los medios llevarme a la cama no lo consiguió y renunció, pero si consiguió algunas fotos donde me besaba a la fuerza. Fotos que ha estado vendiendo a la prensa y parece que soy la sensación del momento. —Resulta que estoy más enamorada que nunca. —dije mientras le lanzaba la revista amarillista de chismes. —Estoy cansada de esta porquería, hace más de un mes que dejo la empresa y no se cansa de molestar.

—¿Vas a dejar que continúe con esto? —mi queridisimo Arthur sugirió algunas opciones pero la verdad no estoy de acuerdo con ninguna de ellas. —Debemos ponerle un alto, se está enriqueciendo a tu costa. —bueno en eso último si que tiene mucha razón, me pide dinero para no venderlas y al final termina haciéndolo, sacándome dinero y también a los estúpidos reporteros. —Te dije que no le pagarás pero nunca me haces caso… —y aquí viene su regaño. —Deja que solo le saque dinero a estos imbéciles y que te valga madre si vende las fotos donde te fuerza a esos besos. Podemos proceder legalmente y lo sabes. —asentí porque obviamente tenía toda la razón, pero que ganaría con eso. Si, tal vez que deje de joder por un tiempo o para siempre, pero es un desgate de tiempo en una persona que no vale la pena.

—Te prometo no volver a caer en sus chantajes. —le dije después de unos segundo en silencio.

—Eso es mejor que nada. —se levantó y antes de salir volvió a hablar. —Nunca rompes tus promesas espero que siga siendo así. —sin más salió dejándome en un profundo silencio.

Y la verdad es que la primera vez que me llego su amenaza de vender las fotos, le pagué al instante lo que pidió y al día siguiente las fotos salieron en revistas y programas de chismes. Me sentí usada pero un par de semana después las ventas incrementaron, aún no se ponía en marcha la nueva publicidad lo que quería decir que salir en la prensa amarillista era bueno y además gratis. Para la segunda ocasión ya sabía que haría lo mismo, dude en pagarle pero al final lo hice, como la primera vez mi cara salió de nueva a cuenta en revistas, ahora la venta no tardó en hacerse presente. Pero tan solo horas antes se habían lanzado los nuevos comerciales y la publicidad previa a las fotos fue un plus para que comenzarán a llegar nuevos pedidos y nuestra venta comenzaba a alcanzar números récords. Aproveche la oportunidad y nos estábamos posicionando entre los más vendidos a nivel nacional.

Lo que parecía un soborno y un trago amargo, lo transforme en una alegría y muchas botellas recién etiquetadas.

R.

Tequila; Puro amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora