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Han pasado tres días desde la cita con Paula y solo he hablado con ella por mensaje, no estoy segura de seguir y es por eso que últimamente he estado bebiendo de nuevo y no es correcto porque estoy tratando de callar esos sentimientos y sobre todo las emociones que tengo.

—Buen día. —saludo Sasha desde la puerta.

—Pasa. —me acerque al mini bar a servir más alcohol en mi vaso. —¿Que pasa?

—Eso mismo vine a preguntarte. —se sentó frente a mi escritorio. —Ha pasado un tiempo desde que hablamos y la verdad en estos días estas muy cambiada. —dijo lo último refiriéndose a mi vaso. —Hasta la última reunión que tuvimos… estabas bastante bien y te veía ilusionada.

—Te mando Arthur —susurre más para mi porque estaba segura de que lo hizo.

—Somos amigas y sabes que te quiero demasiado. —eso solo era una excusa para cubrir a mi hermano. —Te he apoyado y estoy contigo siempre que puedo, también no entiendo porque últimamente me estas alejado… creía que era por una chica. —todas estas palabras es para que le cuente acerca de interés por la chica. —Pero ahora mismo estoy segura que es precisamente eso lo que te tiene así. —señaló mi aspecto un poco desaliñado.

—Sash, solo necesito tiempo… es todo. Tiempo. —intente parecer segura de mis palabras pero solo quedo en el intento.

—Bien, si no quieres hablar esta bien. Pero sabes que siempre estaré para lo que necesites. —no dijo más sabiendo que no le diría más, solo se levantó y salió de mi oficina.

Sasha y yo comenzamos a ser amigas desde que comencé a trabajar en la empresa, me ayudaba y por orden de papá fue mi guía en mis primeros meses. Forjamos una amistad que con el tiempo se fue haciendo más estrecha, pero justo después del video ella muchas veces se volvía muy provocativa conmigo, siempre se excusaba diciendo que era broma. Ese fue el motivo por lo que deje de frecuentarla, ya no eramos tan amigas como antes.

Intente concentrarme en las propuestas y los estudios de mercado, los contratos pero nada funcionaba hasta que alguien entro a mi oficina.

—Buen día. —dijo de lo más tranquila pero su mirada parecía triste.

—Lo siento, intente detenerla pero entro corriendo. —se justificó Susy.

—Gracias, Susy puedes volver al trabajo. —se retiro y Paula se quedo donde estaba. —Hola. —dije intentando iniciar una conversación pero ella simplemente movía la cabeza.

—Mi hermana tenía razón, una mujer como tú seguramente busca alguien que sea de su nivel, con más interés, con… —no la deje continuar.

—¿Que dices? —me acerque a ponerle seguro a la puerta y volví al teléfono. —Susy, que nadie me moleste.

Si señorita Alexia. —respondió de inmediato.

—Paula…

—Yo… no se… no debí… lo siento.

—Paula, no estoy jugando contigo si eso es lo que estas pensando. —me acerque y tome su manos entre las mías. —Yo solo… no he tenido los mejore días y no quería lastimarte con mi indiferencia.

—Eso es exactamente lo que estas haciendo.

—Perdón. —dije sin más. —Perdóname, todo lo que dije es verdad, me gustas mucho y de verdad quiero estar contigo. Es solo que… —no podía seguir poniendo excusas e intentar justificarme. —¿Sigues en horario laboral? —asintió y se acercó un poco a mi. —Vamos, quiero llevarte a un lugar especial. —me acerque y deje un pequeño beso en sus labios.

Tequila; Puro amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora