10

1.6K 96 1
                                    

—¡Mamá! —grite entrando al departamento. —¿Que haces aquí?

—¿Así es como recibes a tu madre después de tanto tiempo sin vernos? —dijo sin moverse del sofá.

—¡No! Por supuesto que no. —corrí a sus brazos, no sabía que llegaban hoy y estaba sorprendida. —¿Llegaron hoy? —pregunte.

—Si, tu hermano intento avisarte pero le dijeron que saliste antes de la oficina y tu teléfono lo dejaste ahí. —revise mis bolsas y es cierto, ahora entiendo porque nadie me molesto durante el día. —¿No nos vas a presentar? —preguntó señalando con la mirada a Paula.

—Eh… si, mamá ella es Paula. —se levantó y se acercó a ella. —Paula ella es mi madre. —se acercó demasiado nerviosa y logre ver como su mano le temblaba al ofrecersela a mamá.

—Mucho gusto, niña. —conocía perfectamente a mi mamá y ella estaba molestándola. —¿Que es lo que se supone que iban a hacer? —dijo señalando a ambas. —¿Debería de irme?

—Claro que no, ella se va a quedar esta noche aquí porque tuvo problemas en donde vivía y ya es demasiado tarde, no iba a dejar que se fuera a un hotel. —le explique a mamá. —Y no íbamos a hacer nada de lo que estas imaginando. —susurre refiriéndome a sus palabras con doble sentido.

—Será mejor que busque otro lugar donde pasar la noche… —dijo Paula.

—Si eso es lo mejor. —dijo mamá y de inmediato me giro a verla de nuevo.

—Mamá… —sus palabras me sorprendieron.

—Porque no creo que quieras pasar toda la noche ahí parada. —continuó mi madre. —Debe estar cansada, ¿Que no piensas llevarla a la habitación de invitados? —dijo regresando su mirada a mi y solté el aire que estaba reteniendo, por un momento creí que hablaba en serio.

—Si, si. Vamos Paula. —tome su mano y la lleve a una de las puertas que estaba detrás de las escaleras. —No sabía que ella estaría aquí, lo siento…

—No debes disculparte, creo que no fue la mejor manera de conocer a tu mamá. —dijo dejando su mochila en el suelo.

—No te preocupes por ella, solo estaba bromeando. —le asegure. —Ella suele ser así. —la verdad es que sus palabras casi hacen que la enfrentará. —Ese es el baño y si quieres cenar puedes ir a preparar lo que te apetezca o ¿prefieres que pida algo?

—No, la verdad no tengo mucha hambre. —sus palabras no me convencieron. —Estoy segura. Gracias por dejarme quedar aquí esta noche. —observe su intención de acercarse y yo lo hice por ella.

—No tienes que agradecer nada. —dije tomándola de la cintura. —Ya mañana si quieres buscar otro lugar puedo ayudarte. —dije dejando besos en su rostro. —Voy a hablar con la fiera antes de que venga a sacarme. —antes de salir deje un profundo beso en su labios.

—Hasta mañana. —alcance a escuchar antes de que cerrará la puerta.

—¿Y papá? —pregunte acostándome en el sofá y recargando mi cabeza sobre sus piernas.

—Con tu hermano. —respondió acariciando mi cabello corto. —Algo me decía que esto podía suceder. —dijo mientras me observaba. —Note cierta mentira en tu hermano cuando le pregunté porque no fuiste con él al aeropuerto. —mamá nos conoce tan bien que sabe hasta cuando estamos encubriendo al otro. —¿Es tu novia? —apreciaba que mamá usará ese tono cariñoso de siempre cuando sabía que nos costaba hablar.

—Hace apenas un par de horas. —dije cerrando los ojos ante sus caricias. —Me costó mucho trabajo. —confesé porque ella no me juzgaría ni me daría ese sermón como Arthur, ella me apoyaría y sobre todo me va a dar su amor. —Tenía… aún… aún tengo miedo de que todo se repita… de equivocarme y volver a alejarme de Arthur, de papá, pero sobre todo de ti mami.

Tequila; Puro amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora