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—Susy ¿tenemos los reportes de producción de este mes?

—Aún no señorita, pero ya los solicito. —dijo atravez del teléfono.

Ha pasado poco más de dos semanas desde la cena con la novia de Arthur y debo de reconocer que le tengo un poco de envidia por la buena relación que tienen y el gran amor que se profesan. Luego de esa noche Arthur y yo hablamos, resulta que ya llevan casi dos meses de relación y poco más de cuatro meses de conocerse, me sorprendió un poco el tiempo pero si Arthur tardó en decirme supongo que fue para hacer más sólida su relación.

Me perdí tanto en mis pensamiento que no me di cuenta que estaban tocando la puerta de mi oficina hasta que alguien hablo.

—Buenos días. —y era la voz de la misma chica que me había encontrado ya varias veces en el elevador. —Su secretaria no está y… pidió estos reportes. —dijo desde la puerta sin intenciones de querer acercarse mucho.

—Buen día, pasa. —se notaba demasiado nerviosa, como si tuviera miedo. —¿Como te llamas? —parecía demasiado joven y la verdad tengo curiosidad.

—Soy Pa… Paula. —dijo bajando la mirada y todavía muy lejos de mi escritorio. Me levante para acercarme pero parece que teme de mi presencia, será que ese día se dio cuenta quien era y por eso salió corriendo. Es más baja que yo, con cabello castaño, la piel un poco bronceada y ya de cerca puedo confirmar que es muy guapa.

—¿Hace mucho que trabajas con nosotros? —cuestione sin dejar de mirarla, pero ella simplemente no levantaba la mirada.

—Un… un año. —dijo aún más nerviosa con mi cercanía y podía asegurar que no estaba tan cerca de ella. —Los pidió la señorita Susy, pero no estaba en su lugar. —me extendió la carpeta pero sin levantar la mirada. Hasta el momento sé que es parte del equipo de producción, pero ¿es mayor de edad?

—¿Cuantos años tienes? —no podía perder la oportunidad de asegurarme que no contrataron a una menor. —No te voy a hacer nada, puedes estar tranquila.

—Recién cumplí diecinueve. —eso fue un alivio, espera si apenas los cumplió y trabaja aquí desde hace un año… —Ya… tenía dieciocho cuando entre a trabajar a la empresa. —eso me dejo más tranquila.

—¿Estudias? —la verdad despertó mi curiosidad. Solo asintió y yo sigo sin encontrar lo especial que tiene el piso de mi oficina para no levantar la mirada. —¿Que estas estudiando?

—Administración de empresas. —susurró. Entonces, ¿Que hace en producción? —Estoy en segundo semestre. —parecía entrar en confianza pero sin mirarme aún.

—¿Te gusta tu área de trabajo? —regrese a mi silla con la esperanza de que se moviera pero eso simplemente no pasó.

—Si… es buena. —no sonaba segura y eso solo significaba una cosa, lo hacía por el dinero.

—¿Cual es tu apellido? —esa pregunta pareció alertarla y levanto la mirada por breves segundos. Al instante sus ojos color miel me cautivaron.

—Señorita yo…

—Tranquila, solo quiero hacer una consulta. —la interrumpí antes de que continuará.

—Paula… Vega. —dijo con la voz entrecortada.

—Gracias, puedes volver a tu trabajo. —tardó varios segundos en salir, justo después de eso anote su nombre y tome el teléfono marcando la extensión de recursos humanos.

Logré que la removieran de área, si esta trabajando y estudiando, y yo puedo colaborar para que ambas cosas estén ligadas qué mejor. Tal vez mañana cuando la llamen del departamento de recursos humanos se asuste un poco, pero estoy segura se sorprenderá.

Tequila; Puro amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora