Chapter 22

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No era necesario San, de verdad -logré articular palabra después de unos segundos sin saber que decirle y verle ya dentro de mi casa-.

Cerré la puerta detrás de mí viéndole acomodándome mejor la sudadera, se  podía notar lo cansado que estaba San porque tenía ojeras algo notables, me preocuba demasiado.

Lo es, estas enfermo y no puedes cuidar de Minki en ese estado, Yeosang -San cruzo sus brazos mirándome fijamente haciendo que cambie mi peso de una pierna a otra algo nervioso ya que no podía rebatirle aquello-.

Pero… debes estar cansado San, tienes ojeras -hablé jugando con mis dedos viendo a otra parte-.

Me parecía lindo que estuviera aquí pero tampoco quería que se molestase en eso o peor… que cayese enfermo por cuidarme-.

¿Y? Tu eres más importante Sangie -me ruboricé un poco por sus palabras y asentí lentamente dándome por vencido-.

Cuando San palmeó mi cabello, subí mi mirada hacia él teniendo las mejillas demasiado calientes, por suerte pasaría como que era normal al tener fiebre. Sonreí pequeño dándole un rápido pero suave abrazo siendo correspondido segundos después por San.

Vamos a tu cuarto, no deberías estar ahora fuera de la cama Yeo -San me habló en un susurro tan bajo y cerca de mí que me sorprendí un poco pero me alejé muy a mi pesar al tener el razón en eso-.
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Le miré unos instantes y caminé a mi cuarto tirando de las mangas de mi camisa para que me cubriesen las manos. Al llegar me tumbé ocultándome debajo de las sábanas, me retiré haciéndole hueco para que pudiera acomodarse en algún momento.

Sannie… ¿vie? -jadeé algo suave al notar el tacto frio de su mano sobre mi frente, cerré mis ojos al estar cómodo y notar aquel contraste de temperaturas que me gustaba- ¿te tumbas conmigo? -Abulté mis labios viéndole retirando un poco las sabanas-.

En un momento Yeosang, tienes demasiada fiebre… ¿Dónde tienes tus medicamentos? -por lo que dijo San, llevé una de mis manos también para comprobar lo que decía, suspiré acomodándome mejor, negué un poco a lo que dijo haciendo que me vea algo extraño- ¿no tienes? -se sentó a mi lado retirándome los cabellos que caían por mi frente-.

Si tengo… pero no los tomo, estoy acostumbrado a no tomarlos desde que era pequeño, no me los daban Sannie, aguantaba cuando enfermaba -cerré mis ojos apoyando mi cabeza sobre su hombro, aquellas caricias conseguían adormecerme y relajarme-.

Entonces dime donde están tus paños, hare que te baje con ellos Sangie -Aun estando cerca el uno del otro, tomaba una de las manos de San jugando con ellas-.

Asentí explicándole donde estaban, al ver que fue a buscarlas observé el techo tranquilamente volviendo a acomodarme un poco el cabello y mirando mis manos pensando en la gran diferencia que había entre la suyas y las mías, por algún motivo me perdí en ese pensamiento hasta que volvió con el paño y agua.

Te pondré el paño, avísame si está demasiado fría ¿si pequeño? -miré a San dejando que me quitase el cabello para ponerme el paño con cuidado- ¿bien?

Sí, todo bien -le miré con una ligera sonrisa dando un largo suspiro agradecido por aquel paño- gracias Sannie.

Vi que San negaba con una ligera sonrisa volviendo a tumbarse a mi lado y dejar mi cabeza apoyada en su pecho, sonreí avergonzado por aquello acariciando sus manos, recibiendo de su parte leves pellizcos en mis dedos comenzando un juego así.

¿Minki está bien? ¿No se despertó? -Hablé en voz baja relajado por sus caricias ahora en mi cabello-.

Él está bien Sangie, se despertó cuando volví aquí pero le calmé diciendo que su papa esta enfermito, volvió a dormir poco después -hablábamos en el mismo tono de voz, cada uno dejando caricias en el otro-.

𝐏𝐎𝐑𝐂𝐄𝐋𝐀𝐈𝐍 [S𝐚𝐧S𝐚𝐧𝐠]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora