Especial de Navidad

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Mónica

Años después

Años atrás la idea de terminar en un ataúd siempre rondaba en mi cabeza.
Ahora el viento juega con mi pelo y puedo sentir la brisa fresca del campo, y escuchar las risas traviesas de mis hijos.

—¡Mamá!

Escuché gritar a los niños detrás de mí, inmediatamente cerré el libro que descansaba en mis manos.

—¡Mamá, Alex me jaló del pelo!

—¡Tú me empujaste!

Y luego están estos dos, cuando di a luz a Alex se parecía mucho a mi, pero Kiara era una total copia de su padre. Los primeros meses me resultaba difícil incluso mirarla porque solo veía el rostro de Alexey.
Pero con el tiempo y ayuda de Natasha pude superarlo y olvidar ese pasado, ahora veo a Kiara y solo veo a mi dulce y pequeña hija.

—No se peleen, más que hermanos parecen enemigos.

—Kiara no es mi hermana nosotros somos negros ella rubia, seguro es adoptada.

—¡Oye! Tu eres el adoptado.

—¿Otra vez peleando?

Axel salió de la casa haciéndonos compañía bajo el árbol, ahora era todo un hombre, mi pequeño hombre.

—¿Mamá, Axel es rubio, también es adoptado?

Kiara corrió a los brazos Axel y se acomodaron junto a nosotros.

—Acéptalo nos tienes envidia, carbón.

Que maña la de ambos de llamarse "Carbón" y "Adoptada" 
La verdad nunca les hablé sobre su padre y ellos nunca me preguntaron, sé que llegará el momento en el que lo hagan y no podré ocultarles la verdad. Pero aún falta mucho tiempo para eso.

—Kiara, Alex vayan adentro, la tía Natasha les hizo chocolate.

Ambos corriendo a la casa, cuando por fin quedamos a solas Axel se acomodó en mi hombro.

—Otra vez leyendo el libro de papá.

Siempre, desde que lo tuve en mis manos por primera vez no hay un día que no lo lea.

—Mamá, te preguntaré algo y quiero que seas sincera conmigo ¿Tú llegaste a amar a mi padre?

Axel era solo un niño cuando pasó todo aquello, pero con el tiempo fue encajando piezas hasta que un día me pidió que le dijera la verdad, y eso hice. Desde hace un tiempo Axel sabe la verdad y siempre se lamenta de no haber tenido la madurez ni la fuerza para ayudarme. De todos modos lo acogí como mi propio hijo, con mucho esfuerzo poco a poco superó sus traumas y empezó a hablar más.

—Tu padre cambió por mi y sus hijos, para su mala suerte cometió muchos errores que lo llevaron a la muerte cuando mas ganas de vivir tenía.

—Mamá esa no fue la pregunta, ¿Lo llegaste a amar?

—Si—Admití—nunca quise admitirlo pero llegué a sentir algo. Pero solo eso, un sentimiento que con el tiempo se desvaneció.












La noche cayó y luego de una larga cena y convivencia en familia todos regresaron a sus dormitorios. Como de costumbre voy al cuarto de Kiara y Alex a darle sus buenas noches.

—Que descansen.

—Mamá.

Me llamó Kiara antes de apagar la luz. Me acerqué a su cama y arrodillé para estar a su altura.

—¿Qué pasa?

—¿De verdad Axel y yo somos adoptados?

—¿De dónde sacas eso? Axel y tú son mis hijos.

—Pero Alex tiene razón, tu piel es morena y tu pelo negro al igual que los abuelos, en cambio mi piel es blanca y mi pelo rubio como Axel, ¿Acaso papá era así? Tú nunca nos hablas de él.

Escuché los quejidos de Alex mientras dormía y preferí salir al patio con Kiara. Este era el momento de abrirme más con ella, aunque no he sido directa en cuanto el tema, sé que en ocasiones se siente excluida y fuera de lugar, como si no fuera de la familia, y aunque sabe que Alex lo dice bromeando hay momentos en que se toma muy en serio ese cometario.

—Tu padre era idéntico a ti, me recuerdas a él en cada cosa que haces, cuando sonríes, cuando te enojas, cuando duermes.

—¿Y dónde está ahora?

—Allá—Le señalé el cielo—Junto con tus abuelos.

Se quedó observando las estrellas un momento, una lágrima bajo por su mejilla, me dolía verla así de indefensa.

—No lo olvidas ¿verdad? por eso nunca te quitas el anillo.

Apreté el anillo en mis manos, desde aquel día nunca me lo quité.

—Quizás por eso aún me siento atada a un recuerdo—Susurré—Kiara, me recuerdas a un hombre que en su momento me hizo daño, y aunque me llegó a querer me marcó, lamento que tengas que cargar con un odio que no te pertenece, perdón si no he sido una buena madre para ti, te quiero mucho.

—¿Aunque te recuerde al hombre que te lastimó?

—Tú solo me recuerdas lo fuerte que fui, tú y tu hermano fueron mis ángeles en ese infierno.

—Yo también te quiero mamá, y estoy segura que papá también te amó.







¡Feliz Navidad perras!

Mafia Rusa {editando}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora