III. Voy a ser tu novia

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Abril estaba a punto de gritar, así que de inmediato, salté de la cama corriendo hacia ella. Honestamente no me importaba que me viera desnuda, con tal de que no fuera pegar un grito de los mil demonios y mi papá se diera cuenta de lo que estaba haciendo, tenía que hacerlo.

Llegué hasta ella y la empujé contra la pared, haciendo presión con mi cuerpo en el suyo y tapándole la boca con una de mis manos.

—Abril , por favor —Forcejeó conmigo mientras trataba de empujarme desde mis hombros, pero fui más hábil y cogí sus muñecas entre mi mano libre, llevándolas arriba de su cabeza. —Te suelto, si no gritas. Por favor —Pedí nuevamente. Se quedó mirándome fijamente a los ojos y luego desvió la mirada hacia mis senos, clavándose allí. Yo ni siquiera me acordaba en este momento que estaba desnuda, si no es gracias a Vicky que salió con una sabana y me envolvió en ella mientras yo seguía sosteniendo a Abril.

—Samantha, suéltala, ¿qué haces? —Vicky protestó.

—¿Qué? ¿Acaso no viste que estaba a punto de gritar? ¿Quieres que mi papá me mate? —Vicky se quedó callada por un momento y luego empezó a soltar una risita. —¿Qué te parece tan gracioso? —Pregunté.

—Solo suéltala Samantha —Dijo sonriendo.

—No. Vamos a mi habitación —Empujé a Abril hacia a dentro mientras Vicky negaba con la cabeza divertida. —Vic, cierra la puerta con seguro —Ordené y ella lo hizo. De inmediato solté a Abril que me miraba un tanto asustada. —¿Por qué entraste de esa manera, que no sabes que se debe tocar?

—Yo-ó —tartamudeaba —solo venía a decirte que la cena estaba lista —miró hacia el suelo, con las mejillas plenamente rosadas —No pensé que estuvieras haciendo... eso.

—Está bien, Abril, te perdonamos, pero la próxima vez no olvides tocar —Dijo Vicky un tanto sonriente. Abril asintió y sonrió tímidamente —Y por favor, ni una sola palabra de esto a nadie —Abril asintió nuevamente mirándome a los ojos, mientras trataba de esquivarme cuando pasaba por mi lado para tratar de salir.

—Permiso —Abrió la puerta y salió de la habitación casi corriendo.

Vicky empezó a reírse fuertemente mientras yo solo la miraba con el ceño fruncido.

—De que te ríes, no es divertido.

—Sí Lo es. Imagínate que no hubiera sido ella, si no tu Papá o Ady —Sonreía pícara.

—Eso te pasa por ser tan descuidada.

—Lo sé, pero ya te dije que no es divertido. Y agradece que no fueron ellos

—Pobre chica, se nota que es una pobre e inocente virgen. Primer día en esta casa y ya presenció a dos lesbianas teniendo sexo. Además, ya se ganó tu odio —Se acercó a mí y me abrazó por el cuello mientras picoteaba mis labios —Olvídalo ¿sí?, bajemos a cenar que ahora si tengo hambre y de comida real.

 Además, ya se ganó tu odio —Se acercó a mí y me abrazó por el cuello mientras picoteaba mis labios —Olvídalo ¿sí?, bajemos a cenar que ahora si tengo hambre y de comida real

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Sᴇrás ᴍɪ ɴᴏᴠɪa | ᴿᴵⱽᴬᴿᴵDonde viven las historias. Descúbrelo ahora