XVII. ¿Será lo mejor para mí?

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—¿Abril o Victoria?

Esos dos nombres quedaron rodando en mi cabeza. La confusión se hizo aún más grande, si es que eso era posible ...

Lo correcto es que ni siquiera tratara de pensar en una posibilidad y eligiera a Vicky, pero... Abril Garza, ella... estaba clavada en mi cabeza como un maldito dardo. Sabía que no era tan mala como parecía, como Nuvia la describía y eso hacia las cosas aún peor para mí.

En ese momento solo pensaba por qué Abril Garza apareció en mi vida. Por qué papá tenía que traer a esas mujeres a la casa. Por qué mi corazón comenzó a agitarse por su culpa. Por qué su sonrisa era tan jodidamente hermosa.

—Estás pensando demasiado Sam —la voz de Nuvia me sacó de mis pensamientos—. ¿En realidad estás pensando en una posibilidad? —preguntó.

Las palabras de Nuvia hacían como eco en mi mente. No tenía idea de lo que haría de ahora en adelante, pero ella tenía razón, era una locura pensar en una posibilidad.

—Nuvia, no lo sé —fue lo único que pude contestarle. Honestamente no había más. Mi cabeza era un remolino.

Suspiré fuerte y sin pensarlo me metí a su baño. Necesitaba refrescarme y arreglar un poco mi aspecto.

Segundos después de salir del baño, Nuvia me quedó mirando y solo negó con la cabeza. —Estás hecha mierda. Sólo espero que tomes la decisión correcta.

Asentí repetidas veces. ¡Todo era tan difícil!

Miré mi teléfono. Demonios las 18:00.
—Nuvia, es tarde y debo irme. Muchas gracias por escucharme, de verdad lo necesitaba

—No es problema, eres mi amiga y te voy a apoyar, pero no voy a permitir que cometas más errores así que no vas a ir a ninguna parte y te vas a quedar a dormir aquí —señaló su habitación.

Negué. —Nuvia no puedo quedarme, sabes que mi papá regresa el sábado en la mañana y no puedo dejar sola a Abril.

—Bien, entonces espérame porque voy a hacer mis maletas.

—¿Qué?

—Me voy a quedar contigo hasta que llegue tu papá porque o sino tú y tu hermanita van a follar hasta que ya no respiren y déjame decirte que, si no has elegido, no voy a permitir que arruines tu vida. Sabes que Vicky también es mi amiga.

—¡No es necesario, no pasara nada con ella! —gemí.

Nuvia me miró con una ceja levantada.
—Eso mismo pensé cuando me contaste que te ibas a quedar sola con ella y mira lo que sucedió. Solo espérame...

Durante el camino a casa me sentí muy incómoda, Nuvia y yo no hablábamos, lo que era muy extraño ya que siempre encontrábamos un tema de que hablar, así que decidí tirarle una miradita y me di cuenta que por estar hablando y pensando solo en mis p...

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Durante el camino a casa me sentí muy incómoda, Nuvia y yo no hablábamos, lo que era muy extraño ya que siempre encontrábamos un tema de que hablar, así que decidí tirarle una miradita y me di cuenta que por estar hablando y pensando solo en mis problemas, ni siquiera había notado la actitud de mi amiga: tenía la cabeza gacha y apoyada contra el cristal de la ventana, parecía perdida en sus pensamientos. Me sentí culpable porque la había abordado con mis problemas y no había tenido la delicadeza de preguntarle antes si estaba bien, o si no. ¡Uf! Bien, debía arreglar al menos esto.

Sᴇrás ᴍɪ ɴᴏᴠɪa | ᴿᴵⱽᴬᴿᴵDonde viven las historias. Descúbrelo ahora