XIII. No puedo soportarlo más

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Abril agarró mi cabeza entre sus manos y hundió mi cara entre sus pechos, sin disimular el deseo. Le quité toda la blusa y comencé a lamer, a besar todo su abdomen, hasta llegar a su parte baja, la miré de nuevo, pero ella estaba tan perdida como yo en el deseo que solo le bajé los pantalones junto a las bragas y de repente, sentí unas manos en mi cabeza que me clavaron en su coño...

No tuve reacción, sólo me quedé ahí mientras Abril terminaba de quitarse las prendas en sus tobillos, me soltó la cabeza por un momento y de inmediato agarró un puñado de mi pelo y abrió las piernas, dejándome completamente clara la vista de todo el lugar.

Esta mujer estaba empapada, sus pliegues brillaban por el líquido de su excitación, su clítoris palpitaba y el olor que emanaba era exquisito. Me lamí los labios y con mis dedos abrí cuidadosamente sus pliegues, Abril se sacudió cuando sintió mis dedos en ese lugar.

Me fui a cercando hasta que mi lengua penetró solo un poco, y recorrió dentro su coño húmedo de abajo hacia arriba, lamiéndola toda. Abril gimió mientras la punta de mi lengua atrapó su clítoris y con mis labios lo sujeté, chupándolo suave. Sus gemidos ahora eran más intensos.

De repente, su agarre en mi cabeza se hizo más fuerte y me jaló con fuerza haciéndome quedar encima de ella y nuestros rostros cerca, envolvió sus labios intensamente con los míos, probando y deleitándose de su propio sabor. El sabor que estaba en mi boca y en mis labios.

Soltó su agarre de mi cabeza y aún besándonos, sentí una mano dentro de mis pantalones haciendo presión en mi coño.

—Oh, Abril —solté un gemido.

Me volteó, quedando encima de mí, sin sacar su mano de mis pantalones y comenzó a jugar con toda mi boca, a succionar mi lengua —Así —cogió mi labio inferior entre sus labios y comenzó a chuparlo, después con su lengua empezó a penetrar mi boca repetidas veces —Me voy comer tu coño.

Abrí los ojos de par en par, inclinándome rápidamente y quedando sentada en la cama, gotas de sudor corrían por toda mi frente, mi garganta, mis brazos. Mi respiración era inestable, mi pecho subía y bajaba.

Desesperada miré alrededor de toda mi habitación, Abril aún seguía dormida, respiraba suavemente. Luego me miré a mí misma: tenía una mano dentro mis pantalones que sin duda estaba empapada y no de sudor, sentía como me palpitaba el cuello, sentía sacudidas... ¡Maldita sea! Todo había sido un puto sueño. ¡Todo!... Estaba hecha una mierda.

No aguantaba más, estaba a punto de explotar, las sacudidas y palpitaciones se incrementaron y no tuve más remedio que salir disparada de mi cama hacia el baño, todavía, con la mano dentro de mis pantalones.

Entré ahí, cerré la puerta con seguro... y sí, comencé a masturbarme, tratando de ser lo más silenciosa posible.

Una hora después...

Salí del baño en bata silenciosamente, gracias a Dios Abril aún seguía dormida y no se había dado cuenta de nada de lo que había pasado. Me quedé mirándola. Maldita sea, todo se sintió tan real, tan vivo. ¡Mierda! ¿Por qué me está pasando esto?

Me estaba excitando de nuevo y no podía permitirlo, así que, sacudí la cabeza y fui hacia mi closet para coger algo de ropa deportiva. El reloj de mi habitación marcaba las 4:30 y se suponía que mi alarma se activaría en hora y media más tarde. Pero no me importaba, tenía que salir de la casa en este mismo instante. ¡Soy una maldita caliente!.

Regresé al baño para vestirme lo más rápido que pude, y a los pocos segundos, ya estaba abandonando la casa.

Regresé al baño para vestirme lo más rápido que pude, y a los pocos segundos, ya estaba abandonando la casa

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Sᴇrás ᴍɪ ɴᴏᴠɪa | ᴿᴵⱽᴬᴿᴵDonde viven las historias. Descúbrelo ahora