-Reviviendo momentos-

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Después de haber subido corriendo al tren, el grupo de amigos fue a buscar un compartimiento vacío. Ginny se quedó más atrás con un grupo de amigos de su edad, los gemelos partieron con sus amigos a otro vagón; Dean, Seamus y Neville se quedaron en el vagón que subió Harry.

Por lo tanto, los tres tuvieron que seguir caminando hasta el final de ese pasillo, siendo éste el único compartimento vacío. O algo así. Allí vieron a un ocupante: un hombre sentado al lado de la ventanilla y profundamente dormido. Lleva una túnica de mago muy raída y remendada. Daba la impresión de que está enfermo y exhausto.

Hermione se quedó quieta en la entrada, Harry por detrás y Ron los empujó a los dos sin querer. Mientras que la castaña y el pelirrojo miraban con desconfianza al sujeto, el pelinegro sonríe con felicidad porqué Remus Lupin está sentado allí. Quiere ir a abrazarlo y contarle que se encargó de cuidar bien del ya no tan pequeño Teddy. Pero debe mantener la calma.

Con cuidado pone su mano izquierda en el hombro de Hermione y entra sin hacer mucho ruido. Se sienta lado de la entrada, después entra la castaña y se sienta a su izquierda, y Ron se sienta al lado del hombre.

-Buenos días, profesor Lupin -dijo Harry para poder él tranquilizarse. Ron y Hermione lo miran sin entender.

-¿Lo conoces? -preguntó Ron.

Harry señala la maleta que está arriba en el portaequipaje. En un costado dice Profesor R. J. Lupin con letras medio estropeadas.

-Debe ser el vacante de profesor para Defensa contra las Artes Oscuras -susurró Hermione. Ron vuelve a mirar al profesor frunciendo el entrecejo. Desde que ellos ingresaron en el primer año, siempre cambiaban los profesores de esa materia.

-Espero que no sea como los otros -dijo el pelirrojo para nada convencido.

Harry tomó valentía y les contó a sus dos mejores amigos lo que sabía hasta el momento. Pero trató de hacerlo ver muy grave, para que no sospecharan; aunque le duele un poco hacerlo ver de ese modo a Sirius. Hermione bromeó diciendo que Harry siempre busca problemas y él se defendió diciendo que los problemas lo buscan.

Luego siguieron la charla con más normalidad. Ron no pudo contener su entusiasmo por ir a Hogsmeade este año y comer tantas golosinas como le sean posible. Y Hermione dio, como lo era de esperarse, un dato curioso sobre ese lugar: La única población en Gran Bretaña no muggle.

A eso de las cuatro o cinco de la tarde comenzó a llover y la lluvia hacía borroso ver por la ventanilla. Hermione se encontraba leyendo un libro muy concentrada, Ron hace el esfuerzo de no dormirse, porqué Fred y George le dijeron que le iban a hacer las mil y una si se dormía, y Harry solo se quedó viendo al Prof. Lupin. Los tres se desconcentraron cuando oyeron pasos por el pasillo, y las tres personas a las que menos aprecio le tienen aparecieron: Draco Malfoy y sus lacayos Vincent Crabbe y Gregory Goyle.

Desde que iniciaron el primer año, Harry y Draco comenzaron su rivalidad por ver quién es mejor. Pero Harry sabe, después de tantos años, que Draco se comportaba así porqué sus padres le exigían que sea mejor que él. En el futuro se llevan bien debido a la amistad de Albus con Scorpius, el hijo de Draco.

-Miren a quiénes tenemos aquí -dijo Malfoy con su habitual manera de hablar, arrastrando las palabras-. La rata de libros, el tonto y el elegido... -Crabbe y Goyle se rieron como bobos-. He oído que tu padre por fin ha tocado oro este verano. ¿Tu madre no se habrá muerto del susto, Weasley?

Ron se levantó furioso del asiento. Harry hizo lo mismo, pero él empujó a Malfoy con ganas. Hermione también se puso de pie y tomo del brazo a Harry para que no hiciera alguna locura.

Harry Potter: Una Nueva Oportunidad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora