Harry Potter: Una Nueva Oportunidad.

-Distantes-

Si la última parte del baile había resultado un desastre para Harry, el resto de esa noche no fue mejor. Después de que Hermione se haya enojado con él por haberla dejado atrás y, mucho peor, con Ron completamente celoso aunque no quiera admitirlo, fue molestado por nada más ni nada menos que Cormac McLaggen, el chico que pertenece a la misma casa que Harry y resultará un gran problema para el equipo de Quidditch. Los insultos no iban más allá de lo que se esperaba, pero el sujeto tocó temas fuertes para Harry, como hablar mal de sus amigos y de sus padres.

Harry tuvo que contenerse a golpearlo en la cara, para evitar un disgusto mayor por parte de los chicos de Hufflepuff, los cuales ya no le daban atención a si era o no un plan para llamar la atención. Sin embargo no pudo evitar preguntarse porque el chico de Hufflepuff lo atacó sin conocerlo.

Siguió caminando por los pasillos y se detuvo al ver a Padma sola en un rincón del castillo. Recordó la agradable conversación que tuvo con ella el año anterior en la biblioteca mientras hacían el trabajo que Snape les había dejado. Tenía una leve sonrisa en su rostro, y no supo si acercarse a ella para hablar, así que optó por...

-¿Harry? -preguntó Padma viéndolo alejarse. El mencionado da la vuelta y la encara-. ¿Cómo estás?

-¿Yo? Bien... Bueno, eso intento -responde caminando hacia ella.

-¿Qué paso? ¿Siguen molestándote por lo del torneo? -inquirió-. Si sirve de algo, yo sé que tú no pusiste tu nombre en el cáliz. Digo, eres alguien arriesgado y mucho más, pero no te veo capaz de poner tu nombre en un torneo que mato personas y por eso fue cancelado por tanto tiempo.

-¿Además de la línea de edad que el profesor Dumbledore puso en cuanto dejó el cáliz?

-¡Sí! -concordó Padma-. Pero bueno, espero que todo salga bien ahora. ¿Por qué estás solo? Te vi con Hermione en el baile y se la veía muy feliz estando contigo y...

-Se enojó conmigo, Padma -dijo Harry suspirando. Padma dejó de hablar y lo mira con los ojos bien abiertos.

-¿Hermione? ¿La chica que solo discute con Ron? -preguntó con una sonrisa-. Esperaba que Ron se pusiera celoso porque tú bailaste con ella y no fue él. No es que me queje, pero... Fue la peor cita que pude tener para el baile -confesó y Harry sonrió.

-Lamento escuchar eso, Padma. Seamus se apresuró a los hechos y como quiso ayudarlo...

-Está bien -responde la morena con una leve sonrisa-. Me interesa más lo que pasó con Hermione para que se enojara contigo. Me resulta difícil de ella.

Harry decidió acompañar a Padma por los pasillos para contarle lo ocurrido, sabe que no tiene que ser a detalle, ya que ella le había contado que no le gusta mucho eso, pero decidió contarlo todo para que supiera mejor que ocurrió. Le advirtió que seguramente, cuando regresaran a la Sala Común de Gryffindor, su hermana, Lavender y posiblemente Katie, pese a que ella era un año mayor, lo iban a llenar de golpe con lo que les contó Hermione.

Padma, por su parte, dejó que Harry se desquitara contando los hechos. Una parte de ella sentía que pena por su compañero de casa, desde el primer año de hecho y así la pelota se hacía más y más grande. Ella no puede imaginarse una vida sin tener a sus padres o a su hermana. Harry vivió sin ellos, por lo tanto, y lo que ella puede deducir, es que no sabe lo que es el amor de una familia. Lo que sabe, es que Harry supo conseguir una a lo largo de los años y ahora tiene pensado hacer que sea más grande.

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Entretanto, una castaña caminaba molesta de regreso a la Sala Común de Gryffindor. Hermione dejó atrás el arreglo que se hizo para el baile y lucirse durante la noche; sus zapatos los tenía en la mano izquierda y en sus pies se puso sus zapatillas de salir para estar más cómoda y evitar que le siga doliendo los dedos. Ya no lloraba, solo eran sollozos débiles, pero aun quedaban rastros de lágrimas en su rostro.