Harry Potter: Una Nueva Oportunidad.

-¿Lugar seguro?

¿A qué hora? ¿A quién debemos seguir? ¿En dónde nos encontramos? ¿Iremos en grupos o de a uno? Esas fueron las preguntas que hacían algunos chicos a los cuatro fundadores de la E. D., en una segunda reunión en Cabeza de Puerco, el pasado domingo. Harry se encargó de poner a sus más cercanos amigos en puntos estratégicos para que los demás los vieran y se dirijan al punto de encuentro. 

Dobby ayudó a Harry en pasar el mensaje a los que estuvieran en otra parte y necesitaban moverse con cuidado, sobretodo teniendo cuadros que pasan información, fantasmas que traspasan los muros, y los prefectos de Slytherin que parecían estar amenazando a otros estudiantes para que les dieran información y así ir con Umbridge y decirle lo que ocurría.

Harry, Hermione, Ron y Padma se encargaron de llegar primero al muro y la puerta apareció cuando ellos comenzaron a pensar en sus necesidades, solo que para la mala suerte de Ron el lugar no creaba comida. Hermione pareció querer revivir su niñez, ya que en cuanto vio una biblioteca con libros de hechizos y encantamientos comenzó a dar saltitos y leer lo títulos con entusiasmo. Por otro lado, Padma veía los libros de pociones que estaban al lado de los de hechizos, y eso le llamó la atención, ya que no necesitaban pociones; Defensa Contra las Artes Oscuras no requiere de pociones.

Harry les dijo a todos que se encontraran ahí jueves diez de octubre, a partir de las siete. 

Esa reunión es para mostrar lo grande que puede ser el Cuarto de los Menesteres, Fred y George comentaron que estuvieron antes ahí, pero que el lugar solo fue un armario de escobas es su primer año. Ron revisaba el Mapa del Merodeador para ver quienes se acercaban y quienes no, mientras que Harry ponía en prueba la lente que Ojoloco le había regalado como premio por convertirse en prefecto y haber salido ileso del juicio.

De apoco iban llegando los demás miembros y algunas veces tenían que ir a buscarlos para llevarlos hasta ahí.

Ron afirmó las cuatro veces que Hermione le preguntó si estaba seguro de que todos los que se encontraban ahí eran los mismos que estuvieron en las dos reuniones previas en Cabeza de Puerco, entonces el pelirrojo le dijo que se fijara en la lista que ella guardó en su bolso pequeño. Hermione se sonrojó al haberse olvidado de aquella lista, lo normal con la cantidad de cosas que estuvieron haciendo, además de los trabajos y el estudio para los T.I.M.O.S.

Aunque para Ron es una sorpresa que la chica que siempre esta preparada para todo, todo, no tuviera en cuenta dicha lista que ella misma pidió que todos pusieran sus nombres. Y Harry trataba de no reírse de Hermione que revisaba rápidamente la lista mientras levantaba sus ojos cada tanto para ver a los estudiantes presentes. Finalmente llegó hasta el último de los estudiantes.

-Están todos, por lo que puedo ver -dijo haciendo una pequeña cruz en el nombre de Lee Jordan al final de la lista. Ron la miró con los ojos entrecerrados, claramente molesto por la falta de confianza de la castaña-. Lo siento, Ron. No estaba convencida.

-Sí, ya me di cuenta, Hermione. Gracias por desconfiar de mí -contestó el pelirrojo.

-¡No de ti, de mí!

-¿Cómo puedes desconfiar de ti? Eres la que nos recordaba que nos estábamos quedando atrás con los trabajos ¡y míranos ahora! Al día todo el tiempo.

-Me daba la impresión de que habían más que en las reuniones en Hogsmeade.

-Porque era un lugar más pequeño, este es gigante -refunfuño Ron y Hermione abrió la boca para contestarle, pero se quedó callada al darse cuenta de que Ron tiene razón-. ¡Rayos! Debería haber apostado con alguien que ganaría una discusión contra ti, ¡parecía imposible!

-Es fácil, solo cuando la situación está a tú favor -dijo Harry. Él se había encargado de entregarle unos cojines a todos para que pudieran sentarse y estar cómodos, sin necesidad de que les duelan las piernas o la cola, dependiendo de como se sentaron obviamente.