-Bosque prohibido-

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Harry salió a dar una vuelta por el bosque al día siguiente del partido. Mientras iba por el pasillo acompañado por Hedwig volando cerca de él, se topó con tres chicos de Slytherin mirándolo fijamente, pero no percibía la molestia o resentimiento en sus miradas. Eran Theodore, Daphne y Pansy. Además de un escalofrío recorrerle la espalda, se sintió confundido y retomo su camino lo más rápido que pudo.

En el camino se encontró con Hermione haciendo un muñeco de en compañía de Alicia Spinnet, Ginny y Angelina. Alicia se acercó mucho más con Hermione después de aquel encuentro con el equipo de Quidditch de Slytherin, donde Ron trato de hacer que Malfoy vomitara babosas, pero su varita rota disparo el hechizo hacia él y estuvo mal hasta que llegaron a la casa de Hagrid. Ahí es cuando comienza una linda amistad entre su amiga castaña y su compañera de Quidditch.

Con Angelina es algo similar. Aborrece demasiado la estupidez de los Slytherin con su obsesión de los sangre pura, pero su rabia supera con creces la de Alicia. Y Ginny le tiene odio a Malfoy porque molesta a sus hermanos y Harry; claro que no le gusta que le digan "Sangre sucia" a Hermione, de eso no cabe duda. Harry las saludó a las cuatro chicas y siguió su camino al bosque con Hedwig.

Tuvo un sueño en el que su hijo James le preguntaba si era posible que pudiera hacer algún maleficio imperdonable a sus catorce años de edad. Recordó cuando el falso Moody, Barty Crouch Jr., les había dicho que ninguno de ellos podía realizarlos, así como si nada o como si fuera un Expelliarmus. Eso es cierto, lo había comprobado con una mosca que lo molestaba una tarde de verano antes de que vayan a buscarlo para llevárselo a Grimmauld Place. Ahora es una oportunidad para ver si sigue teniendo los hechizos que aprendió a lo largo de los años; con suerte y funcionan igual que su patronus en el partido.

-Hola, Harry.

El pelinegro voltea y ve a Hermione acercándose a él con una sonrisa en el rostro. Debido al frío tiene sus mejillas coloradas al igual que sus orejas. Pero eso no la detiene.

-Mione, ¿qué paso? Estabas con las chicas y...

-Sí -interrumpió-, pero dijeron que si quería acompañarte viniera. Y eso hice.

-Eso hiciste -repitió Harry sin poder ocultar una risita.

-Respóndeme -dijo contagiándose de la risa-. ¿Adónde ibas?

Harry se sintió como hacía tiempo que no se sentía: contra la espada y la pared. Es un buen momento para usar sus excusas:

-¿Has oído sobre los maleficios imperdonables? -preguntó mirando directo a los ojos color miel de su amiga.

-Harry... -murmuró Hermione. Harry pudo notar la preocupación en su rostro-. Esos... Sí, he leído sobre ellos en un libro que Alicia me prestó hace poco. Son capaces de enviarte a Azkaban...

-... Sólo si los usas contra una persona -dijo rápidamente Harry-. Espera, espera. ¿Cómo es que te diste el tiempo de leer un libro teniendo tantas asignaturas acaparando tu horario? Otra pregunta, ¿cómo puedes seguir viéndote bien si no has estado durmiendo bien?

-B-Bueno, púes, ella... Ella estaba leyendo el libro y le pregunte de que era y me mostró los maleficios imperdonables... -finalizó murmurando de nuevo-. Harry, ¿por qué me preguntaste sobre eso?

-Simple curiosidad. Como estoy practicando con el profesor Lupin por mi situación con los Dementores, tuve que pelear contra un boggart y tuve como una especie de visión en la que veía un rayo verde golpearme a mí y mi madre... Ese es un...

-No lo repitas. Tienes en tu mano la varita y es peligroso que lo digas.

-No, no. Podré decirlo cuantas veces quiera, pero no saldrá nada de mi varita.

Harry Potter: Una Nueva Oportunidad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora