Harry Potter: Una Nueva Oportunidad.

-Dos palabras: Semana Dolorosa-

Éste es un cap. bastante largo. No sé si será igual de largo que el de "Tercera Prueba", pero, espero que sea del agrado de muchos. Nos leemos en los comentarios.

¡Un saludo!

El dolor solo crecía más y más...

Harry regresó a la Sala Común de Gryffindor después de haberse ido molesto por los estúpidos pergaminos que apenas el mismo día que le pasaron una serie de acontecimientos que lo estaban matando. Por algunos pasillos del castillo se encontró con los mismos pergaminos colgados desarreglados en las paredes y las puertas de los salones de clase. 

Cuando ingresó  al lugar no había nadie, los cuadros de allí dormían profundamente; el reloj marcaba las dos de la madrugada y decidió dejar que sus piernas se movieran solas hasta el cuarto. Al llegar allí, pudo comprobar que todos sus compañeros estaban muy dormidos; los ronquidos de Dean y Neville eran la comprobación de eso.

Ron estaba con una pierna colgando de la cama y su otra pierna estaba tapada por la frazada; mientras que el resto de su cuerpo estaba expuesto (con la pijama puesta). Miró hacia la cama de Seamus y lo vio ahí también dormido, pero tenía una almohada sobre su cabeza y las cortinas de su cama estaban cerradas; fue pura coincidencia que haya quedado un pequeño espacio en el que lo pudo ver.

Se sentó en el borde su cama y se quitó sus zapatos, sin muchas ganas tuvo que ponerse el pijama y luego se quitó los lentes para poder dormirse; y realmente lo necesita después de semejante primer día. Tiene pensado enviarle una carta a Tonks, con otra lechuza para que Hedwig no corriera riesgos, tal vez otra a Remus para que se la pase a Sirius y luego esperar a ver que sucedería. 

Que mal hizo en pensar que dormiría plácidamente como sus amigos de cuarto. Las pesadillas comenzaron nuevamente, y se volvían cada vez peor a las anteriores. Despertó de un salto por culpa del dolor de cabeza que estaba teniendo. Se removió en su cama y escuchó un "Hola" a su izquierda. El cuarto seguía oscuro, se ven algunas estrellas en el cielo que iba aclarándose a través de la ventana. Harry toma su varita, murmura "Lumus" y gracias a esto ve a Ron mirándolo con los ojos cansados y una sonrisa perezosa. 

-¿No dormiste? -le preguntó y Ron negó.

-Desperté porqué te escuché quejarte -le respondió-. ¿Pesadillas?

-Peor. Me duele la cabeza... y ahora me está ardiendo la cicatriz -Ron pareció despertarse de golpe cuando comentó que la cicatriz le estaba ardiendo: su rostro dejó de tener rastros de sueño-. Tranquilo, no creo que este cerca.

-Eso espero... ¿Quieres ir al Gran Salón? Son las seis de la mañana.

-¿Qué haremos los dos solos a esta hora?

-Caminemos por los pasillos como los buenos hermanos de otra madre que somos.

La propuesta de Ron logró hacer sonreír a Harry. Ambos se pusieron el uniforme, pese a que era muy temprano, y salieron sin hacer mucho ruido por la puerta del cuarto. Cuando llegaron a la Sala Común Harry se sorprendió al ver que Seamus estaba durmiendo en el sofá grande.

-Realmente me odia -murmuró Harry molesto.

-No le des importancia.