-El regreso a Hogwarts-

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-Hola, Harry.

El pelinegro estaba sentado en las escaleras escuchando la discusión que empezó en cuanto todos se fueron a "dormir". El cruce de palabras vino por parte de Sirius, que solo hizo una broma inofensiva, a los gemelos, los cuales se molestaron ante el comentario, que, de nuevo, no era ofensivo; la broma en cuestión vino porque Sirius descubrió las cosas que los gemelos estaban haciendo y solo hizo el comentario por lo alto para divertirse, pero eso casi les hace una baja importante a Fred y George.

La señora Weasley les pidió a los que ya terminaron de cenar que se retiraran así los adultos podían hablar de asuntos importantes, Fred y George dijeron que ya eran mayores y Sirius les dio permiso de quedarse, pero terminaron retirándose cuando la señora Weasley le reclamó a Sirius que él no es el padre o algo por el estilo de los gemelos para permitirles quedarse; peor aun, le dijo que Harry no era nada de él más allá de su ahijado, algo que logró causar que los vellos de la nuca de Sirius se pusieran de punta.

Harry utilizó la capa cuando Ron y Hermione comenzaron con sus discusiones matutinas, pero esta es sobre la hipotética chica prefecta, y se fue caminando por las escaleras para poder escuchar algo de la discusión; mas que nada porque había olvidado los roces entre la señora Weasley y Sirius, literalmente sus patronus son de los animales que peor se llevan: gata y perro. Pero eso lo comprobó mucho tiempo después, cierto día que Lily y Dominique le pidieron que hiciera su patronus para enviarle saludos a Arthur y vio una gata blanca salir de su varita.

-Hey, Ginny. ¿No puedes dormir?

Detrás de él, unos escalones más arriba, estaba parada Ginny con su pijama y una sonrisa leve en su rostro. Su cabello estaba atado en una larga coleta, su pijama era una camiseta blanca con un pantalón largo a cuadros y en sus pies unas pantuflas blancas. Harry volvió a tener una visión de Lily Luna, solo que más crecida, pero un leve malestar en su cicatriz lo hace parpadear rápidamente.

-De hecho estaba en el proceso, pero entraron Ron y Hermione y decidí venir a..., ¿siguen discutiendo? -preguntó al escuchar a su padre intentar calmar a su madre, pero fue en vano.

-Ahora es sobre si es seguro que yo regrese a Hogwarts -anunció el pelinegro haciéndole espacio en el escalón para que se siente-. Sirius y Remus están tratando de calmar a tu mamá, pero...

-Sí, no parece estar funcionando -asintió la pelirroja.

Ginny caminó un par de pasos y se sentó al lado del pelinegro.

-Es una pena que seas prefecto -bromeó la pelirroja y Harry giró a mirarla con los ojos bien abiertos-. No me mal interpretes, estoy feliz de saber que te dieron la insignia, significa que te la mereces por tu esfuerzo -comentó Ginny abrazándose las piernas-. Creí que tú y Hermione serían los prefectos, hacen un buen equipo juntos y por separado son increíbles.

-¿Qué pasa con Ron? -preguntó Harry enarcando una ceja.

-Honestamente, no esperaba que Dumbledore le diera una insignia a mi hermano; siento que es algo torpe y no logrará hacer bien el papel de prefecto. Apuesto que hasta Hermione perdería la cabeza al verlo -soltó una risita y regresó el silencio. Harry la miró por unos segundos y volvió a mirar hacia abajo, pese a que no hay nada allí-. Una pregunta, ¿me enviarías a detención incluso si soy tu amiga y quiera acompañarlos?

-Bueno, Ginny, debo seguir las reglas si no quiero que me castiguen a mí. Que no te vea besuquearte con alguien, ¿eh? -bromeó el pelinegro, sin intensiones de hacerla sentir mal o incomodarla; es más, ni siquiera sintió celos, fue como aquella vez en el baile cuando la vio a ella con Dean.

Ginny, en cambio, se sonrojó mucho, demasiado. Un silencio incómodo se asentó entre ambos amigos, Harry se sintió mal por su broma, púes no la hizo para incomodarla.

Harry Potter: Una Nueva Oportunidad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora