Harry Potter: Una Nueva Oportunidad.

-Fugitivos en el tiempo-

-Por ser mí cumple les adelanto el cap. Disfruten :)-

Harry se encontraba acostado en una de las camillas del Ala Médica de Hogwarts, con los ojos cerrados pero ya despierto. Se sentía demasiado aturdido, ni siquiera cuando lo atacaban siendo Auror se sentía así de aturdido. Podía escuchar a Hermione a su lado tratando de despertarlo, pero sus palabras parecían ir demasiado lento hasta su cerebro, de modo que le costaba entenderles, pero sabe de que se trataba.

Abrió los ojos.

Veía borroso porque no tenía puesto sus lentes. Tantea a su derecha en la mesita de noche y levanta sus gafas para ponérselas. Allí logra ver a Hermione con la cara preocupada, en la cama de enfrente ve a Ron también mirándolo. 

-Harry -dijo Hermione-, capturaron a Sirius.

-Lo supuse -dijo sentándose en la cama-. Lo supuse sabiendo que Snape quería entregarlo a los Dementores.

Las puertas de la enfermería se abrieron de par en par con un estruendo. Ahí, parado y con sus manos apoyadas en las puertas de madera, se encuentra Albus Dumbledore. Hermione, confundida por lo tranquilo que escuchó a Harry cuando se preparaba para que reaccionara alterado, fue hacia su director y le dijo:

-Director, tiene que evitarlo, es el hombre equivocado -dijo la castaña.

-Scabbers lo hizo -dijo Ron desde su cama.

-¿Scabbers? -preguntó Dumbledore parpadeando.

-Es mi rata, señor... No es una rata, bueno, era un rata. Era de mi hermano Percy -explicó el pelirrojo-, pero a el le dieron una lechuza y...

-Es la verdad, señor -interrumpió Hermione al ver que Ron no llegaba a ningún lado con su explicación-. Por favor, debe creernos.

-Les creo, señorita Granger -responde el director-. Pero lamento reconocer que lo que dicen unos estudiantes de trece años no convencerá a muchos.

Palmea suavemente el hombro de Hermione y se dirige a la cama de Ron.

-La voz de un niño, por más que sea honesta, no tiene valor para quienes olvidaron escuchar -da dos palmadas en la pierna vendada de Ron y Ron hace muecas de dolor-. El tiempo, cosa misterios y poderosa. Y, cuando lo desafías, peligrosa...

Dumbledore da dos palmadas más en la pierna de Ron, la sujeta y sacude, y luego se dirige hacia Hermione y Harry.

-Sirius Black está en la celda más alta de la Torre Oscura -deja de caminar y voltea hacia Hermione-. Conoce perfectamente las reglas, señorita Granger, no deben ser vistos. Y si les va bien, regresarán antes de la última campanada, si no, las consecuencias podrían ser verdaderamente espantosas. Si tienen éxito, más de un inocente podrá salvarse ésta noche -da la vuelta con dirección a la entrada y se detiene de nuevo-. Son necesarios tres giros.

Retoma su camino a la entrada, dejando solo a Ron desconcertado por sus palabras, ya que Hermione y Harry saben lo que tienen que hacer en ese momento.

-¡Oh, por cierto! -dijo Dumbledore deteniéndose en la entrada y con la cabeza asomada entre las puertas-. Si tienen duda, donde todo empezó es un buen lugar para comenzar... Suerte -y con una sonrisa en su rostro, y un giño a Harry, Dumbledore cerró la puerta y se fue.

-¿QUÉ DEMONIOS ES DE LO QUE ESTABA HABLANDO? -preguntó Ron con la cara visiblemente vacilante.

-A donde vamos, tu no puedes, compañero -dijo Harry con una sonrisa.